Lo que hubiera sido (2ª parte)
Fecha: 06/01/2018,
Categorías:
Transexuales
Autor: Cold_P, Fuente: CuentoRelatos
... inmenso hueco que me sabía amargo. Eduardo, alias “Lalo” (nombre ficticio… ya que el tipo lleva por nombre el de un difunto cantante de ´banda´ o ´norteño´) era el novio de Elena en ese entonces y aguardaba a su encuentro, conversando con la vecina que vendía unas deliciosas quesadillas al lado de su casa.
Él era un conocido de toda la red de amigos en común que teníamos. Probablemente convivimos o coincidimos en fiestas o reuniones, pero, siendo conscientes, nunca había tratado al tipo. Era más alto que yo, con barba y bigote de candado y con porte varonil. Sobra decir que no sabía nada de él salvo lo publicado en su fb. Honestamente, pensé que había terminado con él…
Yo me quedé mudo y mi expresión de enojo debió ser evidente; sin embargo, Elena lo tomó con cinismo y desfachatez. En ese momento, no me causó gracia alguna, al contrario, me encontraba hecho una furia contenida, pero debo reconocer que, cuando hube llegado a mi casa y, rememorando la escena, tuve que masturbarme frenéticamente, pese a estar completamente agotado de tanta jodienda.
- Mira lo que son las cosas mi amor –soltó un tanto burlona Elena y con una sonrisa a medias– vamos a ver si es cierto lo que me decías ayer en la madrugada…
- ¿Lalo y tu...? –intenté articular
- Si –me aseguró sin ningún tipo de remordimiento y con un descaro que me dolió un poco– pero no te preocupes, pronto voy a terminar con él
- ¿Cómo que pronto? –protesté con vehemencia– ¿Entonces por qué te fuiste conmigo y ...
... me dijiste que sí?
- Porque no tenía idea de que querías hacer…
- Pero era obvio que quería regresar contigo –la interrumpí con un enojo visible. Comencé a negar con mi cabeza mientras sentía como la bilis subía hacia mi garganta
- Yo no sabía que querías regresar conmigo –me dijo y cuando la miré con obviedad y reproche, cambió de actitud– Bueno, parecía que sí, pero imaginé que solo querías coger y ya…
- ¡No mames Elena! –le espeté
- Pablo, cálmate –me dijo seria y adoptó una actitud picarona– Después me puedes castigar y desquitarte todo lo que quieras. Además, me dijiste que te gusta que sea una puta; pues aquí está tu puta –cínicamente me tomó de la cara y me plantó un beso que casi estuve puesto a rechazar. Casi.– Tú eres mío y yo soy tuya, eso no va a cambiar. Tampoco mi respuesta ni nuestros planes.
- Pero…
- Pero nada mi amor –su mano se dirigió a mi dormido instrumento y le dio un ligero apretón– Además, me dijiste que esto te excita, así que disfruta y despreocúpate, que voy a terminar con él…
- ¿Ahorita? –pregunté aun enojado, pero esperanzado
- No –su sonrisa perversa tumbó mis esperanzas y, pese a mi enojo, su actitud me excitó, aunque no tuve respuesta física en mí– pero pronto.
Sin darme tiempo a responder, se bajó del carro y caminó la cuadra y media que nos separaba de su hogar. El pobre de Lalo ni siquiera se percató de dónde llegaba Elena. La muy zorra le plantó un beso y dirigió una de sus manos a sus doloridas nalgas… con ...