1. Mi padre echó a mi madrastra y ahora vive y coje conmigo en mi casa


    Fecha: 11/01/2018, Categorías: Incesto Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues

    ... de nuevo ausente. Mi madre se puso en cuatro, después de una rica sesión de sexo oral entre ambos, me dio un tarro de crema aceitosa, me dijo que me la pusiera en el pene y en su culito, asi lo hice cuando se la puse en el ano, me dijo que le metiera un dedo en el culo, lo intenté y la crema aceitosa causaba que mi dedo se fuera dentro de su culo sin mucho problema, después me dijo que le metiera dos dedos, asi lo hice, ella comenzó a gemir. Después me dijo que intentara meter mi pene adentro de su culo, me fue diciendo como hacerlo y por fin se la dejé ir por alli, un nuevo descubrimiento para mi, era placentero meter mi verga en el culo de mi madrastra, era más estrecho y apretadito, además mi mamá controlaba las contracciones de su culo y me daba un tremendo placer, la culie por varios minutos y ella gozaba al igual que yo. Pero me fue llevando sin remedio a un formidable orgasmo, iba a sacar mi pene de su agujero, pero ella me dijo que eyaculara alli dentro, asi lo hice y le inundé su ano, pues salían chorritos pequeños por la comisura de su ano. Fue increíble experiencia. A los 19 años me fui fuera del hogar a estudiar en la universidad. Regresaba a casa cada mes o dos meses a visitarlos, mi padre se jubiló de su trabajo y ahora estaba en casa casi todo el tiempo, eso complicó mis encuentros sexuales con mi madrastra. Asi que tuvimos varios años también sin ninguna relación. Terminé la universidad y conseguí trabajo. Alquilé un apartamento y me puse a vivir solo. Cuando ...
    ... sucedió lo que inicialmente relaté, mi madre se puso a vivir conmigo, ella cocinaba y mantenía mi apartamento muy limpio y ordenado. Pero los primeros días estaba muy deprimida. Hasta que cierta noche, le dije que hicieramos una parrillada en el balcón, que era espacioso de mi apartamento. Asi que compramos carne, cervezas y otras botanas, le compre un vestido color verde a ella, era bonito, a las rodillas y con un amplio escote, pues ella tenía un lindo busto. Comimos y charlamos, bebimos cervezas, en eso nos sentamos en una silla de terraza amplia, como para tres personas, charlamos y empecé yo a recordarle como nos divertíamos en aquellos días, ahora yo tenía 24 y ella 44 años, aún me parecía bella y atractiva. -como fue que hicimos todo eso?- me dijo riéndose, tal vez por el efecto de las cervezas, pero en eso se acurrucó contra mi, se dio vuelta y quedó casi acostada sobre mis piernas. Nos vimos a los ojos y algo se volvió a reactivar entre los dos. Nuestros labios se unieron y nos dimos un delicioso beso, nuestras lenguas se entrecruzaron rico y nos saboreamos el uno al otro. No pude evitar meter una de mis manos entre su blusa y acariciar sus senos, aún conservaban mucha dureza y suavidad. Le acaricié sus pezones y estos se erectaron rápidamente, como antes. -Todavía te gusto un poco?- me dijo ella con voz baja. La seguí besando con mucho más deseo y luego cambié su boca por uno de sus senos y lo mamé, luego descubrí el otro y lo mamé también, ella comenzó a gemir de ...
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