1. AL CUIDADO DE MIS LINDAS SOBRINITAS...


    Fecha: 11/01/2018, Categorías: Incesto Autor: LOVERBKS, Fuente: SexoSinTabues

    Era una tarde cálida de primavera cuando mi hermana llegó apurada para decirme que debía salir de la ciudad y no le era posible llevar a sus niñas en ese viaje. Me pidió se quedaran conmigo ese fin de semana. Las traía ya listas con sus cambios de ropa y mochilas, así que no pude decirle que no, además tenía espacio para ellas, y era su tío consentido. Rápidamente se instalaron en su cuarto y mi hermana se fue a su viaje. Susana de 11 y Verónica de 8, eran dos niñas muy bellas; de piel blanca las dos, muy parecidas entre si, cabello crespo castaño muy claro, ojos almendrados y una linda sonrisa. Era mi fin de semana de descanso, así que no tuve problemas en quedarme con ellas, siempre y cuando, les dije, me dejaran descansar; acostumbraba tirarme en la cama a ver películas y dormir. Vivía sólo, y mi casa era de soltero, con todas las comodidades de la vida moderna. Fue por eso que mis sobrinas se sintieron cómodas desde el principio en mi casa, pues tenían internet para sus celulares, cable y aire acondicionado, así como comida y golosinas en abundancia. Mi historia inicia desde esa misma tarde temprano. Les invité un refresco y les dejé encender la pc para ver videos y jugar; yo me fui a acostar a mi cuarto y puse una película. La puerta del cuarto quedaba a mis pies, y enfrente de este el estudio donde esta la compu, solo separado por una mocheta o medio muro, detrás del cual se encuentra mi escritorio. Después de un rato de jugar en la PC, mi sobrina Susy, como le ...
    ... decimos, pasó hacia la cocina por algún refrigerio, asomándose de pasada al cuarto y sonriéndome. De regreso se sentó de nuevo en la pc y continuó en lo que estaba. Yo seguí viendo la peli, o más bien, casi dormido, solo escuchaba los diálogos. Al poco rato algo llamó mi atención y voltee hacia el estudio, y vi a Susy asomar la cabeza por el muro y verme fijamente, ella al darse cuenta solo sonrió y yo le devolví la sonrisa. Al poco rato sucedió lo mismo, vi hacia afuera y estaba de nuevo ella observándome, apenas asomada su cabeza, de nuevo me sonrió y siguió en lo suyo. Esto llamó mi atención y decidí ver que pasaba. Unos minutos más tarde le vi asomarse lentamente, como procurando no ser vista. Me acomodé rápidamente mirando hacia ella, fingiendo dormir, con los ojos ligeramente entreabiertos. Ella asomó su cabeza y se quedó mirándome fijamente; su mirada era furtiva, o como dicen, con cierta maldad o morbosidad. Al ver que tenía los ojos “cerrados” se asomó con más libertad; se puso de pie y se paró fuera del cuarto viendo hacia la cama. Dio unos pasos hacia la habitación y se quedó inmóvil; entonces pude ver que lo que miraba era mi entrepierna. Esta situación hizo que malsanamente corriera una ola de excitación por mi cuerpo, recordé que andaba en mi short de fachas, sport, de tela delgada que siempre uso sin interiores, pues así me siento más cómodo. Entonces pensé que lo que mi sobrina miraba insistentemente era mi pene que seguramente se asomaría por entre el short y que ...
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