AL CUIDADO DE MIS LINDAS SOBRINITAS...
Fecha: 11/01/2018,
Categorías:
Incesto
Autor: LOVERBKS, Fuente: SexoSinTabues
... un beso en la mejilla. _ Te quiero. _ Buenas noches. Les dije, y me fui a mi cuarto. Puse una película, que no pude ver, porque el estar recostado sobre la cama me trajo el recuerdo de Susy, caliente, masturbándose conmigo. No puede evitarlo, me saqué el pene y me comencé a pajear, los fluidos de este inundaron mi mano en un dos por tres, y no pasó mucho tiempo en que exploté en una larguísima y nutrida eyaculación, por la falta de sexo en las últimas semanas; el semen anegó mi pecho y mi abdomen, así que tuve que levantarme y limpiar todo aquello. Un poco de culpa invadió mi mente y me fui a acostar. No podía dormir, me sentía un poco turbado, así que me levanté y fui a la cocina por un refrigerio, eso que siempre apacigua mi estrés. Al regresar a la habitación escuché un breve gemido como de dolor en el otro cuarto, así que me asomé a ver qué pasaba, y las nenas estaban dormidas profundamente. No vi nada anormal, así que me di vuelta para salir, cuando de nuevo escuché ese lamento, me giré y era Susy, que al parecer tenía una pesadilla, se revolvió en su cama y lanzó con los pies la sábana con la que se tapaba, quedando descubierta, boca abajo. Me senté junto a ella y le empecé a sobar la espalda. Poco a poco su respiración se tranquilizó y se fue relajando, hasta quedar nuevamente profundamente dormida. Sin embargo, ese acto paternal poco a poco se fue tornando en otra cosa. Ella estaba alterada y estresada por la pesadilla; respiraba atropelladamente y se agitaba, ...
... pero, al sentir mi presencia y mi contacto se relajó, hasta caer en un profundo sueño nuevamente. Yo seguí sobándole la espalda por sobre la tela de algodón de su pijama. Al tocar su piel y sentir su calor empecé a sentir cosas en mi cuerpo muy intensas; no podía dejar, no de sobarle para que se calmara, sino acariciarle, porque eso era lo que hacía. Me bajaba por su talle hasta el nacimiento de sus nalguitas, y como no queriendo, jalaba su pijama hacia arriba; lo hice hasta dejar expuesto su paradito trasero. Tenía metido el calzón entre sus nalguitas, donde su piel se veía chinita, por los poros erizados de su piel. Seguí acariciándola con mucho cuidado, hasta que ella se dio vuelta bruscamente, quedando boca arriba y con sus piernas abiertas. Quedó en una posición como torcida, aplastando su pijama con su cuerpo, de manera que al darse vuelta esta se le jaló completamente a un lado; sus bubis quedaron expuestas completamente, una por un lado del tirante y la otra por arriba de su escote; era un espectáculo maravilloso ver su cuerpo semidesnudo frente a mi; se miraba como un ángel. No pude resistir el impulso y toqué una de sus bubis, solo con la yema de los dedos; le hice presión levemente, más no fue suficiente, quería sentirla de verdad. Toqué mi dedo con la lengua, salivándolo un poco, luego lo deslicé sobre uno de sus pezones, que de inmediato respondió a la caricia, endureciéndose. Lo mismo hice con su panty, deslicé un dedo entre su rayita por sobre la tela. Estaba muy ...