1. Los ejercicios nocturnos de mi madre


    Fecha: 12/01/2018, Categorías: Infidelidad Autor: Gerardjking, Fuente: CuentoRelatos

    Todas las noches mi madre sale a correr al parque del vecindario. Todas las noches se pone su ropa deportiva de color gris donde sus pezones traspasan la tela con mucha facilidad, además la tela del pantalón se le mete hasta las nalgas, dando entender que no trae ropa interior debajo de su ropa deportiva que es muy frágil y ajustada.
    
    De tan solo verla se me pone dura la verga. A pesar de sus cuarenta años sigue teniendo un culazo enorme y unos pechos bien firmes. Durante toda mi vida he tenido que soportar todo tipo de comentarios sexuales y vulgares hacia mi madre, por parte de desconocidos, amigos o incluso de mis propios familiares. Y que mi madre sea una puta no ayudaba mucho.
    
    Yo no me creía que fuera a correr. Hay noches que regresa después de una hora y hay otras que regresa hasta las 12. Siempre regresa sudada, con la ropa llena de tierra y el cabello totalmente despeinado. Pero es el olor a sexo, a semen y a puta lo que la delata. Es por eso que decidí seguirla esta noche.
    
    Todo transcurrió normal, me hizo de cenar unos hot dogs y se fue a correr. Yo espere unos minutos para salir de la caza. Ella no había avanzado casi nada lo cual pude seguirle el paso con facilidad. No iba al parque, se metía cada vez más a lo profundo del barrio. Varios tipos de la calle le decía cualquier tipo de pendejadas sin saber que su único hijo viene detrás. Lo peor de todo es que parecía que le gustaban, incluso uno que paso corriendo le dio tremenda nalgada en el culo y ella ...
    ... siguió como si nada.
    
    Nunca volteo hacia atrás, cualquier tipo la puede seguir para violarla y ella nunca se daría cuenta. Seguí siguiéndola unos minutos más hasta que entro a un callejón oscuro. Yo me escondí detrás de un contenedor de basura, viendo como mi madre caminaba con más lentitud.
    
    De las sombras del callejón salió un hombre alto y moreno con aspecto de vagabundo que no conocía para nada. Se le quedo mirando a mi madre con deseo y ella en vez de correr se quedó parada. Él se fue acercando y ella fue retrocediendo hasta pegar la espalda contra la pared.
    
    Yo no sabía si debía de intervenir, ese hombre tenía la intención de violar a mi madre, lo que no contaba es que mi madre tenía la intención de dejarse violar ya que se alzó hacia sus labios, dándole un beso de lengua mientras que el manoseaba su cintura.
    
    —¿Por qué tardaste tanto, putita? —La voz del hombre era gruesa y agria
    
    —Perdóname, cielo. Le estaba haciendo de cenar a mi hijo. —La voz de mi madre era débil y dócil.
    
    —¿Qué le hiciste de cenar?
    
    —Hot dogs
    
    —¿A tu hijo también le gusta las salchichas gruesas como a ti?
    
    —No, bueno, no sé, tal vez.
    
    No puedo culpar a mi madre por creer que soy gay, nunca le he presentado ninguna novia, siempre he tenido mala suerte en el amor y suelo enamorarme de puras putas, como ella.
    
    —¿Qué no piensas en mí, maldita? Yo también tengo hambre.
    
    El hombre hablaba de una forma agresiva y mi madre respondía como toda una sumisa.
    
    —Aquí tengo tu cena. —Dicho ...
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