CON MI EX, GRACIAS A LA INYECCION - Relatos Eróticos

CON MI EX, GRACIAS A LA INYECCION

... ahogando sus gemidos y empezó a gemir fuertemente, gemidos que luego pasaron a gritos, y yo más me excitaba al escucharla así, después de unos 10 minutos, sin poder aguantar mucho tiempo al escucharla, volví a inundar sus entrañas con mi semilla.
Así estuvimos unos minutos hasta que volvió a sonar la alarma de su celular, ella se hizo la molesta, por la hora, y que por que había acabado dentro de ella, que era peligroso, se levanto de la cama y fue al baño, yo me levante y la seguí, no podía dejar de observar su bello cuerpo, ella se sentó en el inodoro a drenar todo el líquido que había ingerido por sus dos boquitas.
Entre mucho suelo y pretender estar molesta conmigo, se fue vistiendo para irse  a su trabajo, como era sábado, a mí no me tocaba ir a laborar, solo la observaba mientras se vestía y maquillaba, me hablo de la infidelidad, de cómo tanto ella como yo, fuimos infieles a nuestras parejas, ella hablaba y yo solo me limitaba a observarla y escucharla, hasta molesta me parece extremadamente bella, así estuvo como 15 minutos hasta que sonó su teléfono, ...

... pero esta vez no era el despertador, sino su querido recién cornudo, ese que sin saber ni darse cuenta, le crecieron dos cuernos en la mollera. Ella con mucha naturalidad simplemente lo dejo sonar, mientras yo ocultaba mi risa interna, … el teléfono dejo de sonar y a los pocos segundos volvió a sonar, otra vez la misma persona, capaz si se dio cuenta de que algo le había crecido en su frente, no sé, lo que si se es que Diana simplemente dejo que sonara, mientras terminaba de alistarse, así la llamo como 5 veces, no sé en qué momento le contesto, ya que al terminar de alistarse salió de la casa, despidiéndose de mí, no molesta como lo aparentaba minutos atrás, sino de la forma más natural, como cuando sabe que lo que hizo estuvo mal, pero sabe también que le gusto y que lo más probable es que se repetira. Mientras le decía adiós, la vi alejarse y rememorar los momentos especiales de la noche. Así como estaba, cerré la puerta, subí las escaleras y me volví a acostar con una gran sonrisa en la cara y pensando en lo que sucedería en la próxima inyección.
Continuara…