El despertar - Relatos Eróticos

El despertar

... esconderse y con su mano derecha me hizo un gesto "Seguime"

 6…7...8… contaba mi hermano 

Salimos por la cocina, luego por la galería y cruzamos el patio hacia una pequeña habitación donde mi abuelo guardaba las herramientas. 

Nos escondamos acá. Indicó Ignacio. 
Me agarró la mano y me metió de un tirón a la piecita de las herramientas. 
Cerró la puerta. 
Yo quedé a un costado de la puerta cerrada. 

Ya vino? Me preguntó 
No sé, le respondí. 
Y fíjate boludo, por el huequito 
de la puerta. Me recriminó mi primo.
No veo nada. 
Deja, ya me fijo yo. 
Y apoyó todo el peso de su cuerpo encima del mío y miró por el huequito de la puerta. 

No viene; dijo mirándome. 

No sé por qué razón, pero estaba agitado, será que sentía el cuerpo de mi primo detrás del mío, apoyándose. 

Entonces miré hacia abajo, donde su cintura apoyaba la mía. Y lo miré:

¿Qué pasa? Jajaja no te pongas nerviosa. 

En ocasiones me solia tratar por ella. Siempre incomodandome, en tono burlista y peyorativo aunque la verdad ya estaba acostumbrado. 

No para nada; le respondí
Ah, entonces te gusta 
¿Qué cosa?  Le pregunté 
Que te apoye

No respondí.
Entonces sentí como empezó a franelearme la cola con su entrepierna. 

Era la situación más rara y excitante, no sabía que decir. Solo me quedé ahí. 
Nunca había visto a mi primo de otra forma que no sea como un amigo, como mi familia. Pero mi cuerpo decía otra cosa. Me calenté. Me calentó la situación. Estar ahí encerrados ...

... con mi primo en la piecita de las herramientas… cuando de pronto siento su mano que agarra la mía. Con un suave pero seguro movimiento, toma mi mano y la desplaza hacia su bermuda. 

Sentí la textura del jean al acariciarle la pierna y podía sentir como mi corazón se agitaba a mil por hora. Sabía que lo que estaba haciendo era algo prohibido y eso me ponía re caliente. 

Tocá; fue lo único que dijo.
Entonces me giré y me puse frente a el, y con mi mano empecé a tocarle la entrepierna. Pude sentir como su paquete aumentaba de tamaño mientras acariciaba su pantalón corto de jean.

Tuve una erección instantáneamente. 

¿Te gusta esto? Me preguntó
No pude mentirle. Le dije que sí. 
Con su mano agarrando la mía siguió frotando y frotando. 

Miró por el cerrojo y me dijo ahí viene. 
Nos quedamos en silencio y sin movernos por unos segundos hasta que sentimos la puerta abrirse. Y salieron ambos corriendo a cantar piedra libre. 

Yo sin entender aún lo que había pasado, salí de la piecita y me reuní con ellos. 

Mi primo me salvó y le dijo a mi hermano: 

contas de nuevo. 
Medio quejándose , volvió a invitar la cuenta 

1..2..3 

Mi primo me agarró de la mano y me llevo al baño de afuera, al costado de la pileta. 

Ni bien entramos pude notar en el esa mirada. Una mirada que sabía lo que se venía. 

Desprendió el botón de su bermuda y bajo un poco el cierre. 

Mete la mano y tocá. Me dijo
Yo no podía decir nada. Me había gustado y volví a sentir como mi ...