La hija de la casera.. - Relatos Eróticos

La hija de la casera..

... subiendo por sus pantorrillas, llegué a sus rodillas, luego subí su falda del colegio y seguí lamiendo sus muslos, pensé que ella me detendría, pero no lo hizo, solo cerraba sus grandes ojos.  Le abrí sus piernas y subí su falda, pude ver su calzoncito de niña, grande  y blanco, le deposité una lluvia de besos sobre su braga sobre su cuquita, ella comenzó a gemir, entonces yo ya excitadísimo, le saqué su braguita por completo, pude ver su rajita semipeluda, ella miraba hacia el cielo de la habitación, entonces me sumergí entre sus delgadas piernas y le di besitos a su chuchita, luego le pasé la punta de la lengua a todo su coñito, ella gimió más fuerte, luego con mis manos separé sus diminutos labios vaginales y le pasé la lengua en medio, sus gemidos parecía chillidos, luego comencé a mamar su chuchita con mucha fuerza, empezaba en la abertura de su vagina y llegaba a su clítoris, le pequeña se aferró de mis cabellos cuando la punta de mi lengua estimuló su clítoris.  Estuve haciéndolo unos minutos cuando ella pegó un grito y cerró sus piernas con fuerza con mi cabeza en medio.  Estaba teniendo un orgasmo la pequeña Carmen, me quitó de entre sus piernas y poniéndose su calzoncito se marchó casi corriendo, dejando olvidado sus cuadernos de la tarea.

Al otro día llegó a la misma hora, como excusa dijo que solo a recoger sus cuadernos, yo cerré la puerta y le dije que si le había gustado lo de ayer, ella dijo -ayyy no, eso no esta bien, ayy no!!-, yo la tomé de la mano la ...

... acosté en mi cama y comencé a besarle la boca, ella me volteo el rostro para que no lo hiciera, entonces me fui de nuevo a sus piernas, empecé en sus muslos a besarla, ella decía que no, pero no se quitaba de allí ni lo evitaba, le saqué su calzoncito de nuevo, y abriéndole las piernas, comencé a mamarle su chuchita de nuevo, ahora le abrí más las piernas y le comía desde su clítoris hasta llegar a su ano.  La pequeña Carmen no tardó en llegar a un brutal orgasmo, la pequeña chilló y lloró de la excitación.  Ahora se quedó descansando en mi cama un rato.  Luego me preguntó -ya soy tu novia verdad?-.  Lo dijo como tratando de no sentirse mal, que le dije que si.  Solo le pedí que debería ser nuestro secreto y que a nadie, ni a su mamá debería decirselo, además que no llegara conmigo todos los días, porque ella podía sospechar.  La pequeña me prometió que vendría cada dos días.

La siguiente vez que ella llegó a mi apartamento, le quité toda la ropita, la dejé desnudita sobre mi cama, su cuerpecito parecía quebrarse de lo delgadita que era.  Le besé todo su cuerpo empezando de nuevo por sus bellos piecitos.  Le chupé su chuchita y mamé por primera vez sus tetitas, sus pezoncitos se erectaron, luego saqué mi pene y le dije que lo metiera en su boquita y lo mamara, ella me dijo que sus compañeritas del colegio lo hacían con sus novios, asi que le fui enseñando como hacerlo, primero le dio varios besitos a lo largo de mi verga, después lo chupó en varios tramos, para por último ...