La hija de la casera..
Fecha: 12/03/2021,
Categorías:
Hetero
Tus Relatos
Autor: heyhey, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X
... meterlo en su boquita y mamarlo rico, la pequeña aprendía pronto. Me tenía una tremenda erección, entonces le dije que abriera su boquita y no la moviera, entonces se la metía y tomándola por la cabeza comencé a cogerla por la boca, luego de varios minutos yo ya no lograba detener mi eyaculación, entonces le dije que le iba a dar un regalo en su boquita, comencé a correrme, deposité una buena cantidad de semen en su boca, luego le dije que la tragara, ella lo hizo rápidamente. Luego me sonrió.
Las siguientes semanas, hicimos sexo oral de diferentes formas, le enseñé a hacer un 69 de tanto de lado como ella arriba y abajo, o en ocasiones la acostaba sobre la mesa del comedor y le chupaba su chuchita y su culito hasta que la hacía terminar hasta dos veces.
Un domingo, ella solía ir a misa con su mamá y hermanos, ya con catorce años, Carmen era más señorita, en esa ocasión llevaba una minifalda, zapatos de tacón y una blusa pegada a su delgado torso. Yo fui a la iglesia también y la vi, me excitó verla asi vestida, le mandé un mensaje a su teléfono que quería verla un rato después de almuerzo. Ella llegó y me encantó verla así vestida, entonces la besé ardientemente y la fui desvistiendo hasta dejarla si nada, esta vez estaba muy excitado, ahora quería llegar más lejos con ella. Después de chuparle su chuchita y hacerla acabar con un detonante orgasmo, me puse entre sus piernas tomé mi verga con una mano y la puse en la entrada de su ...
... chuchita, fui empujando lentamente mi verga hacia adentro de su estrechita vagina y la penetré, ella gimió mucho, pero estaba aferrada a mi, no quería que me arrepintiera de lo que estaba haciendo, así que fui empujando con más fuerza y mi verga le fue entrando en su chuchita, le había quitado su virginidad a Carmen, ella gimió y chilló cuando comencé a pistonear mi verga en su chuchita, lo hacía lentamente para que se acostumbrara a tenerme dentro de ella. La llevé a otro brutal orgasmo, tanto que me arañó la espalda y los costados. La cogí por varios minutos más, hasta que cuando iba a eyacular apenas la pude sacar y eyacular en su vientre. Ella estaba feliz y me abrazaba, me decía que ella ya era toda mia ahora.
A partir de allí, la cogía al menos tres veces a la semana. No podía tenerla en mi apartamento sin tener sexo con ella. Había tenido novias con mejores tallas y cuerpos, pero el placer que me daba coger su muy estrecha vagina, chupar su diminuta chuchita y sus tetitas en desarrollo era un gran placer para mi. No quería tener a nadie más en se pueblo para mi. Solo la pequeña Carmen.
Pasaron los meses, el proyecto que yo desarrollaba llegó a su fin, pues solo duraba dos años. Dejé el pueblo y Carmen lloraba, tuve la intención de llevarmela sin permiso, pero siendo menor de edad, eso sería un gran problema para mi. Ahora han cambiado hasta mis gustos, no puedo pensar en una novia gordita o llenita, sino debe ser delgadita como Carmen.