UN HECHO PUNIBLE A LA PROFE - Relatos Eróticos

UN HECHO PUNIBLE A LA PROFE

Para esos días había tomado la decisión de estudiar derecho o abogacía y aún recuerdo la razón principal defender los derechos que tiene toda persona en especial al más indefenso una visión bastante altruista, pero ese era yo! Un joven adolecente ingenuo y soñador que pensaba que podría cambiar el mundo sin contemplar que el mundo me iba cambiar primero a mí. Y eso ocurrió cuando después de mucho esfuerzo con mi trabajo de seis meses como auxiliar de carnicería ahorre lo suficiente para inscribir en la Fundación Universitaria La Graham en la nocturna de Abogacía claro esta!Porque debía seguir trabajando en el díapara mantener a flote no solo mi sueño de estudiar y de ser un profesional respetable sino también en ayudar en algo en los gastos de la familia pues era el cuarto de seis hermanos. Pero en fin ahí estaba yo a puertas de mi primera clase y aunque ese día en particular estaba cansado por mi trabajo en el día, estaba entusiasmado de dar ese paso, por supuesto como primiparo universitario. Ese día en el curso había algo así como 16 personas en el salón  desde jóvenes como yo, hasta viejos que perfectamente podrían ser mi padre algo nuevo para mí pero bien. Y por supuesto sentado en la última silla del lado derecho del salón  pase revista a las chicas a ver si había una que diera la talla para cortejar pues estaba urgido de comer bien, llevaba unos meses solo comiendo putas baratas y ustedes se imaginaran como queda uno de insatisfecho porque fuera que tienes que pagar, ...

... toca con condón por aquello de la seguridad uno no sabe la higiene de esas fufas y sus clientes, fuera de eso el pago es por un polvo, no por dos o tres es simplemente una metidita y ya está! No alcanza para más $$$$ por lo que deseaba darme la oportunidad de conocer alguna nena con la que pudiera saciar esa fogosidad de la juventud en plenitud, pero lo cierto es que en el salón no habían muchas opciones no sé si era mala suerte mía o simplemente debí estudiar enfermería ahí si seguro habían más chicas, pues en este salón solo habían 4 mujeres de 16 estudiantes las cuales  una era “cucha” vieja (descartada), otra  fea (descartada), otra semifea pero casada con hijos (descartada) y la bonita estaba preñada (descartada) como quien dice en el argot del carnicero no había ninguna ternera para amarrar.
Pero no todo estaba perdido para la segunda hora de clase el panorama cambio llego la clase de introducción al derecho y allí estaba ella la profe Greicy entrando con su imponencia al salón robando uno que otro suspiro entre el alumnado masculino un mujeronon solo visto en la televisión o de pronto en algún barrio de ricos. Ese día a título personal quede obnubilado con su belleza una mujer alta un metro setenta y algo calcule yo, de tés blanca, ojos cafés, de cabello negro largo, esbelta de cuerpo muy armonioso y exuberante, de cara bonita que complementaba muy bien con una cierta sexualidad en su andar como su vestir, una profe  de unos 35 años que era no era común, ni tampoco ...