UN HECHO PUNIBLE A LA PROFE - Relatos Eróticos

UN HECHO PUNIBLE A LA PROFE

... pasaba desapercibida por lo que desde un principio tomo toda mi atención o mejor toda nuestra atención. Aunque en realidad mi concentración  en ese primera clase estuvo en admirar a ella físicamente al igual que su tono de voz que claramente era firme,típico de una abogada, también era cálido con ese acento caleño “Mira voz” que sinceramente me excito.
Al salir de clases alrededor diez los compañeros nos quedamos hablando un rato haciendo amigos  tal vez, pero el tema en común no fue otro que la despampanante, lamega-Hembra de la profe Greicy.Ese fue el día que conocí a Andrez Castro él era un joven adolecente al igual que yo, flaco el no muy agraciado más bien tenía una cara de ñero o gamín que uno solo podía pensar que se equivocó de carrera pero que podía decir yo tampoco era un galán yo era tan solo un poco más alto 1,66 eso si más trosudito pero sin decir fat “Barriga de cervecero” musculo que me servía para cargar los kilos de carne del frigorífico donde trabajaba, además yo era negro por eso me llamo desde ese dia “El  Negro”pero teníamos en común esas manos gruesas, sucias y ásperastípicas de los hombres rudos, trabajadores. Andrezvivía hacia las lomas de cazuca un barrio marginal también en la periferia de la ciudad y como quedaba de camino a mi casa nos fuimos hablando en el transporte público, para cuando me baje comprendí porque también quería estudiar derecho y porque estaba en la Universidad, resulta que era mensajero de una firma de abogados y claro  su ...

... aspiración era llegar hacer como uno de esos doctores para los que trabajaba pero Andrez y yo ingenuamente no sabíamos que el hecho de estudiar en una Universidad de medio pelo o económica nos cerraba muchas puertas era un problema de clases el cual al transcurrir los días fuimos abriendo los ojos. 
Pero eso en realidad no importaba la motivación más grande para seguir estudiando en La Graham era ver la profe Greicy. Sus clases  no eran precisamente una alimentación de conocimiento sino más bien una alimentación visual que alborotaba una que otra fantasía sexual. Me encantaba de la profe Greicysus pechos, que digo pechos  TETAZAS! Severas tetas que afortunadamente lucia con uno que otro escote de vez en cuando, pues prudentemente la profe cumplía la regla de oro de toda mujer decente; “Si muestras arriba no muestras abajo y si muestras abajo no muestras arriba” por eso se podía decir que siempre había algo que mirarle o morbosiarle, porque cuando estaba tapadito su pecho generalmente traía una falda donde se confirmaba que tenía unas patas poderosas que solo era verla andar para cautivarse con su paso firme de res fina y lo mejor era ver sus muslotes se sentaba desconcentraban a cualquiera.
Para entonces la profe Greicy era popular entre el alumnado masculino por ser sexy, sin embargo era seria como buena es-fiscal y sabia mantener la distancia con nosotros con decirle que entraba al salón generaba el respeto suficiente para que tuviéramos el orden y escasamente había un contacto ...