1. El juega videojuegos mientras el vecino juega conmigo


    Fecha: 18/01/2018, Categorías: Infidelidad Autor: MilkyQueen, Fuente: SexoSinTabues

    ... olfatearlos, y con cuidado los sacó de su lugar. Mis pezones estaban sumamente duros, y comenzó a jugar con ellos entre sus dedos con delicadeza. Yo me retorcía de placer mientras jugaba con su cabello, y él comenzó a hablar: -Ay Deni, ¿sabes cuántas pajas me habré clavado pensando en tus tetas? Las veces que te veía subir a lavar ropa en ropa interior me corría tremendamente. Sabía que era algo prohibido y muy indecoroso, pero me ponía más caliente conforme me decía esas cosas guarras. Y él lo sabía, así que comenzó a lengüetear mis pezones y a mover mis tetas entre sus manos, mientras seguía hablando y mirándome entrecortadamente: -Que tetas tan más deliciosas, Deni… Uhm, quería hacerte mía desde hace tanto… Quería cojerte hasta que ya no pudieras más… Carlos es un perdedor, no sabe la tremenda mujer que tiene en casa… Recordé a Carlos nuevamente, pero ahora lo veía como un recuerdo efímero. Joel comenzó a calentarme diciéndome cosas sobre lo perdedor que era Carlos y chupándome los pezones como un dios. Cuando se cansó de jugar con ellos, bajó hasta donde estaba mi vagina y la olió igualmente. Ya me tenía en sus manos, no podía hablar y sólo emitía gemidos de satisfacción. Para Joel eso era suficiente, y apartando a un lado mi ropa interior, metió su lengua juguetona entre mis labios vaginales y comenzó a lamerlos desesperadamente. ¡Era endemoniadamente bueno! No podía parar de sentir placer, era algo que hace mucho tiempo no sentía, y había desarrollado mucha ...
    ... sensibilidad. Finalmente decidió quitarme las panties y abrió mis piernas, en busca de más. Empezó a usar sus dedos y yo sentía que me moría, el sudor corría por mi frente y mis pechos rebotaban cada vez que él lamía mi sexo. No podía con tanto, a pesar de ser una situación improvisada, se sentía como si Joel y yo hubiéramos quedado para tener sexo. Mis piernas comenzaron a temblar y me desbordé por el lavarropas, quedando débilmente detenida por mi cintura. Al parecer Joel me había preparado muy bien para lo que veía. Se bajó la trusa y por fin lo pude ver desnudo. Debo admitir que a veces tenía sueños húmedos con él, pero jamás se lo dije a Carlos. Y era mucho mejor de lo que yo me lo había imaginado. Su pene medía unos 18 cm, y se veía grueso, chorreando borbotones de líquido preseminal ansiosos de llenar mi coño. Podía comérmelo con la mirada, y Joel vio el interés que tenía por su precioso miembro. Sin decirme nada, acercó su verga a mi coño húmedo y comenzó a frotarlo. La sensación era indescriptible, mucho mejor que el sexo que había tenido con Carlos en otras veces. Sin llegar a penetrarme, estaba logrando que me excitara y pidiera porque me destrozara con esa enorme verga que le crecía cada vez más. Nos miramos un momento a los ojos, sin decirnos nada, y abrí mi vagina con los dedos para que él pudiera penetrarme. Él sonrió tiernamente y tomó su miembro entre las manos, frotando el líquido preseminal para lubricarlo y lo colocó en mi coño. Dolió un poco porque no estaba ...
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