1. Cómo me cogí un culito de 6


    Fecha: 19/01/2018, Categorías: Gays Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues

    ... niño de 6 jamás aguantaría un maso de 23x7, cabezón y lleno de venas por explotar. seguí bombeando su culito, deleintandome con ese niño exquisito que me había encontrado, era mio, sólo mio, y podía hacer lo que se me antojara. Pedrito ya no podía aguntarme, y me pedía a gritos que me retirara de su cuevita. Pedrito: Señor por favor, me duele, ya no quiero más! pare! Yo: Callate! esto es sólo el comienzo, te voy a reventar el culito putita. Si, estaba dispuesto a cogérmelo sin limites, tomé una cinta adhesiva y le tape su boca y su manos atrás en su espalda, una vez verificar que nada se escuchaba y que estaba bien firme, lo tomé de sus piernas y lo arrastre hasta la esquina de la cama, dejando sólo su culito listo para follarmelo de la forma que yo quisiera, dar riendas sueltas a mis perversiones, de un sólo empujon le metí mis 23 centimetros de verga a ese culito de 6 años, tome su cintura con mis dos manos y me convertí en un toro, sólo quería destrozar ese culito, con una fuerza descomunal y una facilidad increíble entraba y salía de ese culito, ...
    ... podía sentir las entrañas de este bebito, mis vanyven eran cada vez más fuertes y agresivas, fue tanto mi morbo que a los 6 minutos ya era difícil contenerme, así que lo tomé del cabello, e inunde su oyito de leche, nunca había explotado esa gran cantidad, me desplome lanzando todo mi peso en su frágil cuerpo, exhausto, pedrito con su rostro lleno de lagrimas, saqué mi pene para inspeccionar la condición de su colita, wow, estaba muy abierta, no miento, su cuevita estaba destrozada, llena de leche y un poco de sangre. sin ninguna culpa, lo tomé en brazos, lo lleve a la tina, le lave su oyito, lo vestí con la misma ropa, y le saque la cinta de su boca, le di un beso, le entregué 5 mil por su culito, bajamos del edificio tranquilamente, durante todo el camino Pedrito no dijo nada, le prometí que si no decía nada, le seguiría entrengando dinero, así fue como lo dejé donde mismo, el se fue feliz con su dinero, y yo también con mis bolas sin leche. A Pedrito aún lo sigo viendo, pero eso se los comentaré en una próxima historia, espero que les haya gustado. 
«123»