Empezó en la piscina - Relatos Eróticos

Empezó en la piscina

A poco  de cumplir 16 años y con muchas curiosidades, las que en parte eran aclaradas por mis compañeras y amigas, decidí que era el momento de iniciarme. El problema era con quién. No tenía novio y mis amigos eran pocos.
Mi familia era muy conservadora y por consiguiente, mi libertad muy restringida. Sin embargo, mis papás tienen una casa en la playa a la que íbamos casi todos los fines de semana, a donde nos acompañaba el socio en la empresa de mi papá. Hombre maduro, guapo, divorciado a quien había sorprendido varias veces viéndome de una extraña manera.
Durante esos días, siempre al medio día del sábado, mis papás iban a comprar mariscos frescos a la ciudad para el almuerzo de ese día. MI hermano pequeño y yo, nunca íbamos con ellos. El socio de mi papá, Carlos, tampoco. Regularmente nos quedábamos en la piscina pero mi hermanito, loco que es de los juegos electrónicos, permanecía dentro de la casa haciendo lo propio.
Decidida como estaba a tener mi primera vez, a la primera oportunidad que tuve de estar con él a solas en la piscina, empecé a mostrarme coqueta y creo que sensual. Pero Carlos, guardando las distancias, no captaba, o creí que no captaba lo que yo hacía para llamar su atención. Consultando con las amigas, me sugirieron cambiar mis trajes de baño por unos mucho más sexys y chicos. Los que usaba ese tiempo, eran muy normales y de una sola pieza.
Así pues, rogué a mi mamá me diera dinero para hacer las compras necesarias para sorprenderlo a la siguiente ...

... vez. Compré tres de telas muy delgadas y muy...pero muy chicos. En realidad, se notaban mis dotes muy fácilmente a través de ellos.
Llegado el fin de semana, aparecí en la piscina con el primero de esos trajes de baño, llamando la atención no solo de Carlos, sino de mamá y papá, quienes me llamaron aparte para llamarme la atención sobre mi forma de vestir. Los convencí que eran solo ellos quienes me verían así y que no tenía nada malo lucirlos, a la vez de lucir mi cuerpo, el cual era bastante bien proporcionado.
Fueron ellos como de costumbre a comprar los mariscos para el almuerzo, quedando Carlos y yo en la piscina. MI hermanito, abstraido con sus juegos. Difícil era para Carlos mantener la mirada en otra parte que no fuera en mi. Le pedí que jugáramos dentro de la piscina y que nos tratáramos de derribar uno al otro de una colchón inflable. Cada vez que caíamos al agua, trataba de rozar mi cuerpo contra el suyo y encontraba la forma de que mis tetas fueran sentidas por él. De mi parte, empezaba a sentir su bulto y sentía que se pegaba más y más a mi cada vez que caía al agua. En una de esas veces, le ofrecí mis labios y si...los besó. Era mi primer beso y sentí también muy bien el bulto en mi vientre.
Por la tarde antes del anochecer, fui a caminar por la playa y Carlos me alcanzó. Ya lejos de casa, me tomó la mano y así caminamos por un rato hasta encontrar un tronco de árbol donde nos sentamos. Nos besamos mucho y me tocó las tetas hasta sacarlas del top que yo vestía. ...