De drogas, sexo y otros placeres (Primera Parte) - Relatos Eróticos

De drogas, sexo y otros placeres (Primera Parte)

... piel, por lo que era de complexión clara. Con tales características siempre tuve problemas al imponerme frente a otros hombres. Ese fue el caso con Pipe durante los exámenes parciales cuando sin previo aviso me pidió o mejor dicho, me ordeno, le dejara copiar de mi examen. Ante la insistencia decidí dejar que copiara, pues no quería tener problemas con alguien tan errático y que me eclipsaba físicamente. Por fortuna la profesora no se percató ni descubrió la trampa en días posteriores y de esta forma Felipe obtuvo un glorioso 8 de calificación. Para cuando nos entregaron los exámenes yo ya había olvidado el incidente pero ese mismo día después de clases Pipe me alcanzo unas calles antes de llegar a mi casa:

-´´Hey, Jose. Quieres caerle un rato con nosotros¨-dijo señalando a dos chicos y una chica, todos de aspecto hippioso y despreocupado

-No puedo, disculpa Felipe. Tengo clases en una hora en el Community College.-Respondí nervioso y sorprendido por la invitación.

-Anda bato, te debo una por el paro del examen. Me evitaste un pedo con mis jefes. Además casi ni te juntas con la banda del salón, ¿te crees mucho o qué?.-Expreso con aires de resentimiento.

-Claro que no- conteste rápidamente, nervioso por la acusación-Es que ando ocupado con clases extra en las tardes, no es nada personal. Y si falto me puedo meter en broncas con mis papas, ya sabes como es.

Pipe iba a decir algo, cuando la chica de aspecto rasta agrego:

-Anda amigo, no te aprietes, vamos un ...

... rato al parque y ya luego te regresas a tus libros, no te va a pasar nada, no seas gay.

Tras decir esto hizo el ademan de enviarme un beso. Yo que no había tenido una experiencia romántica con una chica más allá del primer beso de inmediato acepte tentado por la oferta de unos arrumacos. Fue esa tarde la primera vez que probé la marihuana y tuve mi primer relación sexual descubriendo además la faceta de narcomenudista de Pipe pues de inmediato me ofreció su mercancía. En poco tiempo ese grupo de vagos hippiosos se convirtió en mi séquito de amigos, llegando incluso a hacer de la chica, Diana, mi novia. No me molestaba que se besara con Pipe para conseguir un descuento en sus compras psicotrópicas, pues al final del día, semejante oferta me beneficiaba a mí también y lejos de ponerme celoso lo veía como un buen business siempre y cuando no pasara de unos besos. A mis padres no les agradaba en lo absoluto que pasara el tiempo con unos ¨vagos¨ como ellos los llamaban ni les apetecía conocer a mi chica, pero como mis notas no habían caído decidieron no meterse con mis nuevos camaradas, prohibiendo solamente los llevara a casa. Esos fueron definitivamente de los mejores días de mi vida.

Todo cambio el día en que Diana se mudó a Colorado súbitamente. Me devasto el hecho de que me informara la noche antes de irse como si fuera algo casual, por teléfono y sin despedirse de mí como una persona decente o una novia respetable. Claro, que podía esperar de alguien con sus antecedentes ...