De drogas, sexo y otros placeres (Primera Parte) - Relatos Eróticos

De drogas, sexo y otros placeres (Primera Parte)

... y costumbres, aun así su partida me sumió mas en las substancias y fue en ese punto de quiebre que Pipe me presento la Metanfetamina para que según el ¨olvidara más rápido a esa vieja¨. Inmediatamente quedo atrapado por la nueva droga, pues el torrente de energía me hacía olvidar el dolor de un corazón roto que en aquellos días y por ridículo que suene, era el sufrimiento inigualable de perder a una novia y quien fuera mi primera vez; por otro lado, el hecho de contar con elevados niveles de energía y un constante estado de alerta me permitía enfocarme en mis estudios, terminando trabajos y proyectos a mayor velocidad sin agotarme, claro, siempre y cuando contara con más droga para evitar el crash o el colapso una vez no se consume la substancia. Con mis calificaciones perfectas, mis padres felices y ajenos a mis malos hábitos y los beneficios de ser hijo único con padres que trabajan todo el día, Pipe no tenía problema en proveerme de mi vicio, siempre y cuando pudiera pagarlo. Él me había contado que tenía contactos con uno de los carteles que operan en Tijuana, así que su red de suministro era segura y confiable en cuanto a calidad. Al principio pagar el Cristal fue fácil ya que usaba parte de la mesada por parte de mis padres, pero conforme fui desarrollando tolerancia con el uso era cada vez mayor la cantidad que requería para poder alcanzar el ¨high¨ ideal y en poco menos de un año me vi forzado a pedirle prestado a Pipe, situación que se extendió hasta ahora ...

... desembocando en la presente situación. Y bueno, el resto es historia.
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Presione el interruptor de la luz, lo que cubrió el cuarto de baño con una tenue aura blanquecina a un nivel agradable como para reducir lo suficiente mi angustia pues de alguna extraña forma el poder verme con más detenimiento en el espejo me permitía pensar con mayor claridad. Supongo tiene que ver con el innato miedo a lo desconocido que resulta de verse envuelto en la penumbra: o más bien, en este caso en particular, en mi condición poco favorable, aquel temor deriva más por saber que dentro de poco tu cuerpo será usado como objeto de satisfacción sexual que por el miedo a la oscuridad en sí. Y es que el solo pensar en lo que me aguardaba me provocaba escalofríos, pánico, asco y humillación, o al menos cuando me encuentro sobrio, sin consumir sustancia alguna así es, pues debo admitir que luego de ingerir surge en mí otro yo con una curiosidad por probar cosas nuevas y experimentar sensaciones y placeres sin precedentes: así fue como en uno de esos viajes decidí probar con la masturbación anal. Primero probé con objetos comunes en casa: plumones, desarmadores, zanahorias, en fin cualquier objeto con forma adecuada para dicho fin. Disfrutaba auto explorarme mientras veía videos de transexuales por lo morboso del asunto, fantaseando con lo que aquellas voluptuosas diosas sentirían al ser penetradas. Poco a poco mi pequeño gusto se convirtió en ...