La mujer de mis deseos!!!
Fecha: 05/05/2021,
Categorías:
Infidelidad
Tus Relatos
Autor: Santiago de Velázquez, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X
Cuando pensaba en ella siempre terminaba perdido en esos ojos cafés tan bonitos, en esos labios que cada vez que sonreían me invitaban a besarla con todas las ganas que mi sexualidad era capaz de crear, pero sobre todo me encantaba su figura, esas piernas largas que ella acostumbraba cubrir con esas medias que me vuelven loco y ella lo sabía! Creo que le divertía verme tan excitado al verle, sus caderas anchas que se asomaban justo debajo de esa cintura y esos pechos pequeños que invitaban a amasarlos con tiento.
Éramos amigos hace ya un tiempo pero ya le había confesado mis deseos en más de una ocasión, sin embargo sólo quedaba en eso. Soy casado y siempre me dejó muy claro que para ella era un impedimento total.
Sólo fué una ocasión cuando pude acercarme a ella, salimos a tomar un par de tragos en un lugar céntrico, música para bailar y una zona donde se podía platicar con más calma. Estuvimos platicando un par de horas y me relamía en mis adentros cada vez que podía ver sus piernas enfundadas en aquellas medias negras, incluso me inventaba motivos para asomarme a un lado de la mesa y casi tocarlas con el dorso de mi mano. Su plática era amena, divertida e inteligente. Siempre retando a mi intelecto cosa que acababa por hacerla irresistible ante mis ojos.
Tenía que intentarlo, así que pregunté casi sin pensar:
¿Cómo es que eres tan irresistible?
-jajajaja eres tremendo!
-Lo digo en serio, creo que nadie me había provocado de ésta manera. Sobre todo porque ni ...
... siquiera pareces intentarlo
-¿Cómo sabes que no?
-Siempre me has dicho que no estás interesada
-Aún así sigue siendo divertido
-¿Te diviertes a expensas mías?
-Sólo un poco...
-Me complace ser tu juguete jajaja
-Quisieras
-Sabes muy bien que sí
Se sonrió y tomó el trago que tenía en la mano.
-¿De verdad te gustaría?
-Por lo menos una vez, o las que gustes...
Se puso de pie junto a la mesa y la miré perdido en su figura, ese vestido floreado a medio muslo, mangas cortas y sin un gran escote pero no hacía falta. La forma en que se ajustaba alrededor de su cadera y marcaba su precioso trasero hacía todo el trabajo necesario. Su cabello negro, largo y cubriendo sólo un tercio de su rostro tan bello y su sonrisa franca, divertida y maliciosa en un rojo muy vivo.
- ¿Vienes?
-Dime donde
Tomó mi mano y me hizo levantar, caminamos de la mano directo a la caja del bar y pagamos de una vez. Salimos y al subir al auto me pidió llevarla a su casa (donde vivía con su madre) Todas mis esperanzas murieron al oir la instrucción y resignado obedecí.
-¿Quieres otro trago?
-Me encantaría pero no creo que le divierta mucho a tu mamá jajaja
-Ella no está y tengo un tequila que me gusta mucho
-Creo que no podría negarme a semejante invitación
Entramos y nos sentamos en el comedor, sacó un par de caballitos y probamos el tequila con un poco de limón. Era casi tan delicioso como oirla reir mientras bromeabamos con cualquier tontería, en un ...