Don Víctor, mi vecino. - Relatos Eróticos

Don Víctor, mi vecino.

En ese entonces tenía 15 años, era de contextura mediana, con algunos kilos de más, no muchos, piel blanca y suave, pelo castaño y ojos color miel. Ya entrado en la primera adolecencia tenía las hormonas a mil. El viaje de estudio de fin de año fue una experiencia muy loca, con mis primeros besos con chicas y masturbaciones en grupo alrededor de una revista Playboy. Me atraían por igual las tetas y las pijas, lo cual me era muy confuso y así lo fue todo el verano. Empezabas febrero y madre me pide que ayude al vecino, Don Victor, con su computadora. Si bien eran fines de los 90 yo había crecido entre computadoras y la tenía bastante clara con internet, pero Don Víctor era como un analfabeto, no entendía pero le hacía falta para ciertas cosas de su pequeña empresa, ya está en edad de estar jubilado pero era demasiado activo para eso. Con Don Víctor siempre nos llevamos muy bien, cada vez que nos cruzamos hablábamos de fútbol, era super simpático así que no tuve ningún problema en ir a ayudarle. Un segundo antes de tocar el timbre la puerta se abrió y salió una chica que no había visto antes, no muy bonita de cara pero con un cuerpo interesante, me saludo sin detenerse y casi sin darme cuenta la seguí con los ojos hasta que Don Víctor me interrumpió con un "es mi nieta, Laura". Es hermosa, no? Yo empecé a tartamudear por no saber que decir, pero el me interrumpió con una carcajada y me hizo pasar. Cada vez que puede me viene a visitar y lo pasamos muy bien juntos, me dijo, ...

... debe tener tu edad, ella tiene 14 y tú? Me preguntó. En octubre cumplí 15 le dije ya un poco más tranquilo.
Don Víctor tenía una contextura mediana, alrededor del metro ochenta, delgado y con poco pelo en la cabeza que algún vez fue negro pero sobresalian unos hermosos ojos verdes siempre chispeantes.
Me llevo al escrito dónde tenía la computadora, un lugar agradable, con varias bibliotecas, un gran sillón y el escrito. Ahí tenés el monstruo ese... Durante 2 horas le estuve enseñando lo básico del internet, el explorador, los mails y los buscadores, el era un poco tosco pero le ponía voluntad, cada tanto ponía su mano grande y áspera sobre mi pierna y me hacía una caricia de agradecimiento por un nuevo conocimiento. Me invitó un refrigerio de coca cola y  sanwiches y me pidió le expliqué una cosa más. Se sentó frente a la computadora y me hizo un gesto de que me sirve sobre su pierna para entender mejor y casi en secreto y poniéndose un poco colorado me pregunto "donde están las cosas cochinas?" Lo mire y no pude contener la risa. Le enseñe a poner en el buscador las palabras claves y abrí una página y aparecieron cientos de foto de chicas desnudas. De un movimiento me movió entre sus piernas para tener mejor acceso al mouse y empezó a ver las fotos. Enseguida puede notar que le gustaba lo que veía pues empecé a sentir como su amiguito empieza a ponerse duro bajo mi cola y esto me causo un placer que nunca había sentido antes. Yo me movía apenas para sentirla mejor pero no ...