Don Víctor, mi vecino. - Relatos Eróticos

Don Víctor, mi vecino.

... a chuparla, mi tronco, los huevos y finalmente llegó a mi culito levantando bien mis piernas. Empezo a chuparlo y acariciarlo mientras yo gemia de placer también tenía muchos nervios, mi culito era casi virgen, salvó alguna experiencia con zanahorias. Sus dedos húmedos empezaron a abrirse paso y cuando el primero estuvo dentro no pude aguantar el aullido, pero no de dolor, de placer. Con paciencia movió mi anito hasta relajarlo lo suficiente como para meter otro y los dos juntos hasta el fondo. Después de largos minutos de juego se incorporó de repente, se ubicó entre mis piernas y levantando bien despejó el camino hacia mi esfinter. Tomo su pija bien fuerte, las escupió y después de desparramar si saliva por todo el glande lo apoyo sobre mi anito adolecentes. Yo estaba muerto de miedo pero excitado hasta el límite. Comenzó a presionar y era tan grande, apretaba más y más y el dolor al empezar a abrirse mi culito era mayúsculo, sentía su cabeza entrar más y más hasta que finalmente mi arandelita rodeó su pistón. Aulle de placer y de dolor también, el me decís palabras dulces y me pedía que me tranquilice, que enseguida me iba a acostumbrar, algunas lágrimas empezaron a brotar y esto lo excito aún más, me empezó a decir que era una putita hermosa y yo afirmaba con mi cabeza mientras seguida llorando, me decís que mi conchita de varón era lo más dulce que había sentido, y mitad me decía empujaba cada vez más adentro su enorme pija que al agrandarse hacia la base del tronco ...

... cada vez me abría más el culito destrozado. Comenzó a cojerme cada vez más fuerte y profundo, su pedazo iba y volvía cada vez más adentro hasta que puede sentir sus huevos golpeando contra mi culito blanquito. Todo ese enorme trozo de carne me llevaba de tan manera que sentía que iba a explotar. Dando golpes brutales me agarró la pijas y empezó a pajearme. Te voy a romper el culo por pendejito putito, me decís, sos mi putita? Si Don Víctor, soy su putita. Hasta que mi pija empezó a soltar chorros de leche que el apunto a mi cara y se mezclaron con mis lágrimas en mi boca, esto debió fascinarle ya que dando un grito profundo empezó a soltar todo el torrente de leche en lo más profundo de mi culito. Me lleno por completo, cuando finalmente la saco ya un poco más blanda chorreaba lechita con mezcla de sangre de mi culito destrozado. Me hizo limpiarla con la lengua y lo hice con placer. Me ayudó a vestirme ya que casi no podía moverme y esperó un rato hasta que me recuerde y poder caminar. Mientras estaba en el baño limpiandome  llegó Laura, la nieta, que hacía ido a pasar la tarde al shopping a pasear. Me saludó con un beso y se fue a su habitación. Don Víctor me acompaño a la puerta y me dijo que Laura iba a estar con el hasta el fin del verano, que como no era de Buenos Aires estaba muy sola y necesitaba de alguien de su edad para jugar, por lo que me invitó a volver, cuando estuviera listo. Al entrar en casa madre me pregunto cómo me fue y por mí cara de agotado supuso que Don ...