1. Mi excitante paseo por la playa con mamá


    Fecha: 21/01/2018, Categorías: Sexo con Maduras Autor: Jorgecaliente69, Fuente: xHamster

    ... vergüenza! Y tú no me has avisado, no me has avisado que lo enseñaba todo.Yo me excusaba, mintiéndola, diciéndola que no había visto nada, que si me hubiera dado cuenta se lo habría dicho.No solamente influía lo buena que estaba mi madre y el bikini tan pequeño que llevaba, sino también mi edad, en la que las hormonas estaban en plena efervescencia, de forma que solamente pensara en tetas, culos y coños, masturbándome prácticamente todos los días, incluso varias veces diarias.Llevábamos caminando bajo el sol casi una hora y un chiringuito pequeño y destartalado al final de la playa nos tentó a tomar algo, dado el calor que hacía y lo sudado que estábamos.Como solamente llevamos puesto ella el bikini y yo el bañador, pensaba que no teníamos ni un duro para pagarnos ni una sola bebida, pero mi madre se sacó de la parte superior del bikini, escondido entre el sostén y un pecho, un billete arrugado y sudado, proponiéndome tomarnos un refresco.El local estaba vacío y el único hombre que atendía en la barra no paró de mirar las tetas a mi madre mientras buscábamos en la lista de precios alguna bebida que nuestro escaso capital nos permitiera pagar.Mi madre me propuso tomar un vermouth rojo y yo, con la sed que tenía, acepté gustoso.Nos dio un vaso de medio litro a cada uno, lleno del preciado líquido, coronado por una enorme aceituna pinchada en un palillo, y nos sentamos en unas sillas de madera a la sombra del techado y frente al tranquilo y azulado mar, mientras degustábamos ...
    ... la refrescante bebida.Mi madre se deleitaba mirando al mar mientras se bebía la fría y deliciosa bebida, y yo, haciendo como si también mirara el mar, no dejaba de mirarla las tetas y como pugnaban juguetones sus pezones por salirse nuevamente de la parte superior del bikini.Con la sed que llevábamos, nos bebimos nuestra bebida en pocos minutos, dejándonos todavía con sed, por lo que mi madre, riéndose, se levantó con los vasos en la mano para que volvieran a llenárnoslos, a pesar de que ya no teníamos suficiente dinero para otra ronda.Me pareció extraña la actitud de mi madre pero, al levantarse, la vi tambalearse y comprendí que el alcohol se la había subido a la cabeza, con la rapidez y contundencia de un disparo a bocajarro.La vi alejarse titubeando y riéndose, camino de la barra, y me fijé cómo movía las caderas y cómo la pequeña braga del bikini se había escondido nuevamente entre sus sabrosas nalgas.Asombrado, noté como mi cipote se había puesto erecto y levantaba impúdico por delante el bañador, y me reí alegre y cachondo, dándome cuenta que también a mí el alcohol me había afectado en gran manera.Se apoyó en la barra, moviendo el culo, flirteando con el hombre para que nos diera gratis una nueva bebida.El hombre, más bien gordo y de unos cuarenta y tantos años, la siguió el rollo y apoyo también sus brazos doblados sobre la barra, acercando su cara a mi madre, más bien a sus tetas que a su cara.No perdía detalle de las tetas de ella, mientras mi madre le intentaba ...
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