1. Los herma-novios


    Fecha: 21/01/2018, Categorías: Anal Autor: Calentonito, Fuente: CuentoRelatos

    Soy Rodrigo, tengo 25 años y con mi hermana Ana de 22 y con José de 18, nos fuimos un fin de semana de campamento.
    
    La idea era disfrutar al aire libre y descansar del trajín de la ciudad.
    
    Salimos en un ómnibus y luego de recorrer tres horas, llegamos al pie del bosque, sólo con las mochilas y escasos víveres.
    
    Era viernes por la tarde y ya comenzaba a anochecer.
    
    Armamos las tiendas individuales y buscamos leña para preparar un fogón.
    
    De mi hermano José puedo decir que todavía es un adolescente, más preocupado por las redes sociales, que por lo que pasa a su alrededor. Eso sí, tiene un carácter fuerte y es un tanto soberbio. En síntesis un cabezadura.
    
    Con mi hermana Ana soy más afín por una cuestión de edad.Su carácter es todo lo contrario, frágil.
    
    Mide 1,65 m, tiene una cara bonita, ojos verdes, pechos grandes y glúteos firmes de hacer gimnasio.
    
    Mientras buscaba madera, comencé a escuchar primero unos gritos y luego una fuerte discusión entre José y Ana.
    
    Ya la noche caía y pude ver como mi hermana se iba por un sendero visiblemente molesta.
    
    Le pregunté a José que pasaba y subió los hombros como para restar importancia a lo sucedido.
    
    Entonces comencé a seguirla, no habrán pasado ni cinco minutos cuando la encontré al pie de un árbol, llorando.
    
    -Ana que te pasa?
    
    -Es que discutí con José, me ha vuelto a llamar gorda y fea.
    
    -Pero no lo eres.
    
    Lloraba desconsoladamente. Entonces me acerqué y le puse una mano en su hombro.
    
    Créeme no ...
    ... lo eres.
    
    Luego la abracé, y seguía compungida. Verla en ese estado me hacía mal.
    
    La tomé de la barbilla y mirándola a los ojos le volví a repetir.
    
    No lo eres.
    
    Y ahí mismo sentí un impulso muy grande, un deseo que me salió de adentro y sin pensarlo dos veces, la besé en los labios.
    
    Sentí el sabor salado de sus lágrimas.
    
    Un poco sorprendida y lejos de rechazarme abrió su boca y mi lengua exploró la suya y su lengua la mía.
    
    Me siento un poco nerviosa, dijo.
    
    -Es que beso muy mal le contesté.
    
    Sus lágrimas cesaron y dejo escapar una sonrisa.
    
    -Dame otra oportunidad, le dije llevando las manos en súplica.
    
    Y ahí nomás la atraje de la nuca y nos volvimos a besar. Estuvimos comiendonos la boca un largo rato, saboreandonos.
    
    Ana, le voy a pedir a José que te pida disculpas por su ofensa.
    
    Volvimos al fogón y le increpé por sus dichos, pero conociéndolo, su soberbia era más grande.
    
    Le di el ultimatum o pides perdón o te vuelves mañana mismo.
    
    Así es como al otro día mi hermano se dirigió a la parada de ómnibus de regreso.
    
    Me quedaba sólo con mi hermana un fin de semana en medio del bosque, era un agradecido a la vida.
    
    Después que se fue, la busqué a Ana y fuimos a dar una caminata hacia el lago.
    
    Primero tímidamente, luego me dio la mano y me dijo que nunca nadie había hecho lo que hice por ella.
    
    -Quería hablarte de lo de anoche, me soltó.
    
    Es que no sé si estuvo bien que nos besaramos, somos hermanos Rodrigo.
    
    -Sí pero este fin de ...
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