Un secreto entre primas. - Relatos Eróticos

Un secreto entre primas.

... ropa interior mientras reíamos y nos probábamos ropa y hasta lencería, ya no sentía pena estando con ella, parecía juego, hasta intercambiamos de ropa al salir de la tienda, a mi me quedaba bien y a ella un poco corto pero le gustaba, fuimos al cine y por primera vez vimos una película para adultos, fuimos a la feria y a comer helado; era el mejor día de mi vida, ojalá este día nunca terminé, decía a cada rato. Cuando ya íbamos a regresar a la casa, ella me agarró y me beso en la mejilla, repitiéndome lo bien que lo había pasado conmigo, claramente yo le devolví el beso en la mejilla y la abrasé diciéndole lo mucho que la quería, ese momento era especial, ella me dijo que también me quería como prima o hasta hermana, pero se veía que quería decirme algo más; sin nada más nos fuimos a la casa.
Llegando todavía faltaba una hora para que llegara mi tía y mi mamá, pero ya estaba cansada y me proponía a irme a descansar; ya me iba a mi cuarto mi prima dijo que me cambiara a mi pijama y ella igual, ya que me tenia un plan guardado, como siempre acepté y fui a cambiarme, me puse mi vestido de dormir ya que así me sentía más cómoda, mi prima igual tenía uno y ya estaba sentada en la sala.
-	¿Quisieras ver una película conmigo? (decía)
Aunque ya estaba un poco cansada, no podía rechazar una invitación así, así que me senté con ella a ver una película esta ves de terror, pronto mi prima traía palomitas, refresco y cobijas, nada podía ser mejor, de pronto me asustaba y mi prima de ...

... agarraba la mano, de un momento a otro, pasaba su mano por mis piernas, rozando con mi vagina, se sentía bastante bien y sentía tanto placer, pronto me acurrucaba con mi prima por el frio, y el cansancio, mientras ella me acariciaba el pelo, pasé mi mano lentamente por sus piernas, su vagina pechos en forma de provocarla, mientras ella se sentía que lo disfrutaba e iba pasando su mano más cerca de mis pezones, acariciándolos suavemente como si las dos no supiéramos que pasaba, aunque sabiendo lo que queríamos, lentamente deje de tocarla y ella empezó a pasar su mano bajo mi vestido de dormir, empezó masajeando suavemente mi clítoris, cada vez un poco más rápido, mientras yo estaba acurrucada en su bello cuerpo, me moría de placer, ella seguía metiéndome los dedos en forma de gancho, tocándome el punto G, mientras yo gemía suavemente, pronto ya alcanzaba a una gran velocidad sacando y metiendo sus dedos que al pegar una grito de placer, tuve un orgasmo que terminó por manchar de fluidos blancos y chorros transparentes el sillón, rápidamente me empezó a lamer los labios vaginales, y a chuparme el clítoris, mientras probaba mis fluidos, no podía controlarme y me quebraba de mucho, mucho placer, subía solo para darme besos en mi estomago y comerse mis tetas. Después de 30 minutos me tocaba complacerla, hacer lo que siempre había soñado, comencé masturbándola como si yo me lo estuviera haciendo, lamia sus pezones y los apretaba, retenía su clítoris en la punta de mi lengua y besaba ...