De Sexo, Drogas y Otros Placeres (Parte 4) - Relatos Eróticos

De Sexo, Drogas y Otros Placeres (Parte 4)

... me daba un beso torpe y baboso para volver a su pose original y tomarme de la cabeza para dirigirme a su pene firme como mástil. 
-Lamento decepcionarte amor-le respondí-pero si no te gusto, solo dime y allí la dejamos-Le dije en tono juguetón con su pija en mi mano derecha, como chantajeándolo a no mamársela si decía algo inapropiado sobre mí.
-Para nada preciosa, estas riquísima y lo más importante, me calientas la verga como ninguna otra puta lo ha hecho. Anda, chupa y ve cuanto me encantas nena.
-¿En verdad te gusto?-Le pregunte con mi dedo índice sobre los labios.
-Si preciosa, estas de lujo mamacita rica-respondió este dirigiéndome hacia la cabeza de su miembro que palpitaba, ansioso, como si tuviera un corazón propio.
Pipe por su parte me dio una fuerte nalgada y comenzó a meter y sacar el aparato con mayor velocidad y fuerza, cambiando los modos de vibración cada tanto y masturbándose con la escena frente a el: yo con el vestido arriba de la cintura, la tanga a un lado, empinadita, mamando una verga frente a mi y con un vibrador bien clavado en la cola. 
-¿Te gusta tu regalo Anel? Lo compre pensando justo en ti y en ese culo de ensueño que te cargas.
-Me encanta papito, sigue, no pares por favor.
Sabras me abofeteo y puso mi cara justo en sus huevos-Lámelos perrita, déjamelos limpios.
-Si, lo que usted quiera, para eso ...

... estoyyyy- respondí a la vez que sentía las contracciones aumentar en mi cola y apretar más aquel aparato que vibraba tan suculentamente. Sin más me metí las bolas saladas de Sabras en mi boca, y como si fueran mangos los comencé a degustar con sonoras succiones y acertados lengüetazos por todo su escroto.
-Ahh putita, que rica boca, esta como para cogértela todo el dia.
-Si tu quieres amor, eso podemos hacer- le dije con uno de sus testículos en mi boca.
De repente sentí el violento vacío tras la expulsión del vibrador de mi cola. Pipe se puso de pie y se posiciono una vez más a mi derecha y con el dildo en la mano me dijo:
-Chúpalo perrita, quiero que saborees lo sabroso que tienes la cola.
En automático me metí el dildo en la boca. Sabía a lubricante y plástico, nada que ver con el delicioso sabor de sus vergas, pero al menos y gracias a mi limpieza profunda, no tenía algún desagradable aroma o sabor. Lo chupaba como si fuera un pene más y esto pareció excitar a ambos tipos porque Sabras se puso de pie y me alzo tomándome de las piernas y la espalda para arrojarme sobre la cama.
-Ya no aguanto, te voy a coger.
-Si amor, como tu gustes, cógeme toda-dije volteándome y poniéndome en cuatro, alzando bien mi colita, ofreciéndosela a ambos. Pero lo que paso a continuación, se los cuento en la siguiente y última entrega. Un beso y hasta pronto.