1. EL ASALTO


    Fecha: 13/07/2021, Categorías: Hetero Tus Relatos Autor: Aquiles, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X

    ... excitado en medio de esta situación-
    
    -Te entiendo perfectamente, pero también tienes que entender que estar desnudo, amarrado a una bella mujer tiene sus efectos-
    
    -¡No puede ser!- volvió a decir mirando hacia abajo, mientras las lágrimas le corrían por las mejillas.
    
    -Lo siento mucho- le dije.
    
    Pasaron algunos momentos y entonces decidí decirle algo que la molestaría más o quizás la calmaría:
    
    -No quiero seguir excusando la reacción automática de mi cuerpo, pero quisiera señalarte que no sólo yo ha sentido los efectos de estar amarrado. ¡Mírate los senos!-
    
    Por unos momentos Mimi no dijo nada, pero me di cuenta que había bajado los ojos incrédula y había visto que sus pezones estaban erguidos.
    
    -Oooohhh, qué vergüenza- dijo sin levantar la cara, avergonzada.
    
    -No, no tienes que sentir vergüenza. Esa estas son las reacciones naturales de una mujer y un hombre joven que están desnudos y que… bueno, cuyos cuerpos se rozan-
    
    -Pero… - dijo negando con la cabeza.
    
    -No digas, nada. Por ahora vamos a tratar de pensar en otra cosa y verás cómo todo regresa a… sus posiciones normales-
    
    La verdad es que yo no pensaba que iban a volver a ningún lado por ahora, pero quería elevarle el ánimo a Mimi.
    
    -Vamos a ver- seguí -hagamos un inventario de todos las amarras que tenemos-
    
    -Ok- dijo Mimi en un susurro empezando a calmarse. 
    
    -Yo no puedo cómo tengo amarradas las piernas, pero si trato de moverlas…- dije intentándolo.
    
    -No, no puedo hacer nada, ningún ...
    ... efecto- le dije.
    
    Bueno, realmente no hubo ningún efecto con relación a liberarme las piernas, pero el intento hizo que los músculos de mis piernas se tensaran, ambas al mismo tiempo subiendo y bajando las caderas de Mimi, o cuando las tensaba en forma alterna, moviéndoselas de un lado al otro. En cualquier caso, eso hacía que su vulva rozara más contra mi miembro. 
    
    Por la posición en que estábamos sentados y cómo el güevo había quedado apretado entre los dos, los movimientos de Mimi habían causado que los labios de su vulva se separaran lo suficiente como para que el güevo pasase por entre ellos y especialmente hacía que la parte de arriba rozaba con su clítoris. No sé si ella se daba cuenta, pero probablemente esa era la causa de que sus pezones estuviesen tan erguidos. Y el roce de éstos contra mi pecho, claro.
    
    -Mimi, tu estabas parada cuando me amarraron ¿no pudiste ver cómo me amarraron?- dije siguiendo con la conversación.
    
    -Ah… perdón, estaba distraída. No, la verdad era que estaba tan asustada que no me fijé-
    
    -Bueno, no importa. Ahora inténtalo tú con tus piernas, pero ¡no muevas más nada, sólo las piernas! Veamos si tienes más suerte-
    
    Entonces Mimi intentó mover sus piernas, sin ningún resultado. Bueno, nuevamente uno solo, rozar más su clítoris contra mi güevo y sus tetas contra mi pecho. Muy agradablemente debo decir.
    
    -Nada, no se mueven ni un poquito- dijo Mimi un poco sonrojada. Creo que ella estaba empezando a sentir conscientemente los efectos ...
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