EL ASALTO
Fecha: 13/07/2021,
Categorías:
Hetero
Tus Relatos
Autor: Aquiles, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X
... manos.
-Vamos pendejita, deja de gritar y empieza a quitarte la ropa-
-Nooo, no quiero- volvió a gritar Mimi llorando-
-¿Quieres que te arranquemos la ropa nosotros?- dijo Chicho comenzando a jalarle la blusa-
-Nooo, nooo- gritaba Mimi.
-Vamos Mimi- le dije tratando de calmarla -hagamos lo que dicen antes de que empeoren las cosas-
Mi voz la tranquilizó un poco y empezó a desvestirse sin dejar de llorar. Ambos estábamos con ropa cómoda, ropa que se puede ensuciar y volver a lavar sin problemas. Ambos teníamos blue-jeans. Mimi tenía una camisa azul de tela gruesa, abotonada hasta arriba. Despacio y con dedos temblorosos empezó a desabotonarla. Yo también me fui quitando la ropa.
-Uhhhmmm- dijo Chicho -esta chica está buenísima-
-Vamos Chicho, contrólate. Esto es un robo, no compliquemos las cosas. Los amarramos y nos vamos-
Mimi siempre se había vestido de forma conservadora en la oficina. Faldas a media pierna, blusas cerradas hasta el cuello. Supongo que quería proyectar un aspecto más serio del que su corta edad permitía. Cuando se quitó la blusa y los bluejeans pude ver realmente su cuerpo por primera vez. Obviamente su ropa interior era también conservadora: un brassier blanco y unas pantaletas de algodón, también blanco. De pronto recordé que estábamos en medio de un asalto y dejé de mirarla para concentrarme en mi propio proceso de desvestirme.
-¡Toda la ropa, vamos!- rugió el jefe amenazándonos con la pistola.
Mimi se encogió más aun. ...
... Ella de por sí es pequeña, un poco más de metro y sesenta, pero ahora parecía medir todavía menos. Lentamente comenzó a quitarse el sostén. No tuve oportunidad de mirarle los senos, porque realmente la situación no estaba para estar mirándola. Ya había suficientes mirones y no quería que me sintiera entre los agresores. Me quité los interiores y me quedé tranquilo con la mirada baja. Mimi también se quitó las pantaletas y también quedó desnuda, con la visita baja, mientras que a duras penas se tapaba el pecho y el pubis con las manos.
-Siéntate aquí- me dijo el jefe acercando una silla.
Apenas me senté me amarraron las piernas a las patas de la silla con varias vueltas de cinta adhesiva, de esas gruesas que se usan para cerrar cajas y que habíamos estado utilizando todo el día.
-¡Ahora tú!- le dijeron a Mimi.
Ella no entendió qué tenía que hacer y se quedó temblando cubriéndose.
-Vamos, que tenemos que irnos ya- dijo el jefe viendo su reloj. Un Rolex. Seguramente robado, pensé.
Entonces el otro tipo agarró a Mimi por el brazo y la jaló hasta colocarla frente a la silla, de frente a mi.
-¡Siéntate!-
-¿Cómo?- preguntó ella-
-¡De frente, coño!-
Finalmente ella entendió y temblando de miedo se sentó sobre mis rodillas, de frente a mí.
-Vamos, vamos- dijo el jefe empujándola contra mí -¡Abrázalo!-
-Nooo- gimió Mimi, pero obedeció la orden, pasando los brazos por ambos lados de mi cabeza y acercando su cuerpo hacia mí, hasta quedar juntos. Sus ...