1. Lorena y Gerardo. Más que hermana y hermano


    Fecha: 25/01/2018, Categorías: Gays Autor: Quique., Fuente: CuentoRelatos

    ... oportunista.
    
    Gerardo, puso el libro sobre la mesita de noche. Se abrió la bata, se quitó los calzoncillos, y la picha, tiesa como un palo, quedó mirando para Lorena con su único ojo. Al verla quedó asombrada, no por lo larga que era, que andaría en los 14 centímetros, se asombró por el grosor que tenía. Lorena, se destapó y le enseñó su cuerpo desnudo, Gerardo, le dijo:
    
    -Eres la mujer más linda de este planeta.
    
    La verdad es que estaba de vicio. Sus tetas eran grandes, redondas, firmes, con grandes aureolas rosadas y preciosos pezones. Sus piernas eran largas y moldeadas, y su panocha con su matita de pelo rizado, con sus labios mayores hinchados y los menores entreabiertos y mojados, era precioso.
    
    Lorena, le dijo a su hermano:
    
    -Cuando acabes limpia el piso y vete, farsante.
    
    Gerardo estaba a un metro de su hermana, que veía los huevos colgando y como la mano derecha de su hermano hacía que la piel del glande se deslizase hacia delante y hacia atrás.
    
    Pasado un rato, cuando ya el ojo de la polla lloraba, y Lorena había cerrado los ojos para no ver lo que hacía, Gerardo, le acarició el pezón y la aureola de la teta derecha con él, Lorena, le dijo:
    
    -Me estás mojando la teta y eso no entraba en el trato.
    
    -¿Te gusta?
    
    -Me guste o no, no entraba en el trato.
    
    Tocó el pezón y la aureola de la otra teta, -Lorena se quedó quieta- después de dejársela mojada con la aguadilla que echara la picha, le preguntó:
    
    -¿Me la chupas un poquito?
    
    -¡No! Acaba ...
    ... y vete.
    
    -¿Me dejas que te coma yo a ti la panochita?
    
    -¡No!
    
    -¿Y las tetas? ¿Me dejas que te las coma un poquito?
    
    -¡No!
    
    -Unas chupaditas nada más.
    
    -¡Qué no! ¡¿Cómo tengo que decírtelo?!
    
    -Un par de besos, le doy un beso a cada teta y ya me corro.
    
    -¡Si pudiera cogía una zapatilla y te ponía el culo negro!
    
    Gerardo cogió una zapatilla debajo de la cama, y le dijo:
    
    -¿Quieres que te dé como te daba Petra?
    
    Petra era la madrastra de Lorena y de Gerardo.
    
    -¡¿Cómo sabes tú eso?!
    
    -Vivíamos en la misma casa y sé que os corrías juntas antes de casarte.
    
    -Me imagino que querrás sacar rédito de lo que sabes.
    
    Gerardo se quitó la bata, en pelotas, se sentó en el borde de la cama, y le dijo:
    
    -Siéntate en mis rodillas.
    
    -¡No!
    
    -¿Quieres que le cuente lo de Petra a tu marido?
    
    -¿No te da reparo ser tan cabrón?
    
    -No, ninguno. El fin justifica los medios.
    
    -Cínico.
    
    Lorena, salió de cama y se echó sobre las rodillas de su hermano. Lo primero que sintió fue la polla mojada en su vientre. Después los golpes de las zapatillas en sus nalgas.
    
    -¿Vas a dejar que te folle hasta que te corras cómo una perra?
    
    -¡No!
    
    -Dejarás.
    
    -¡Loco!
    
    Le volvió a dar con menos fuerza.
    
    -¿Me dejarás que te coma la panochita?
    
    -¡No!
    
    -Cambiarás de opinión, es más, me pedirás por favor que te lo coma.
    
    -¡Estás para que te encierren en un manicomio!
    
    La azotó casi como si acariciara su culo.
    
    -¿Me la vas a chupar?
    
    -¡No!
    
    -La chuparás y la ...
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