LA MAESTRA APRENDE DEL SEXO - Relatos Eróticos

LA MAESTRA APRENDE DEL SEXO

... inmediato levanto la mirada y me miraba con lujuria al ver mi voluminoso cuerpo. Me di la vuelta y salí corriendo mientras el me decía que me detuviera mientras me seguía. En el hall de mi casa me alcanza y me toma por detrás, sus manos empiezan a acariciar mi cuerpo mientras me dice al oído lo mucho que me deseaba. Con vos entrecortada por la excitación le pedía que se detuviera, aunque no hacía mucho por frenarlo realmente. Sus manos presionaban mis grandes tetas mientras podía sentir su verga presionando sobre mi trasero. En todo ese juego de manoseo me va llevando hasta la habitación, mientras yo sin convencimiento alguno le pedía que pare, pero mi cuerpo expresaba otra cosa, así que estando al pie de la cama estiré mi mano y acaricié su verga sobre el pantalón corto que llevaba puesto.
Me giró y me empujo a la cama quedando boca arriba, y con un rápido movimiento me dejo sin mi tanga. No ví en qué momento se quitó el pantalón, pero se tiro sobre mí y me comenzó a besar apasionadamente cuando de pronto siento su verga abrirse paso entre mis piernas para penetrarme. Estaba tan lubricada que empezó a bombearme como fuerza. No pude contenerme por mucho tiempo y tuve mi primer orgasmo, haciendo que separe más mis piernas así este semental me clave con más fuerza y se venga en mi interior. Se recostó a mi lado y quedamos en silencio por un momento y le pedí que me dejara sola. Así que se levantó y se fue a la cocina. Yo estuve en la cama un buen rato, con sentimientos ...

... encontrados, por un lado, la culpa y por otro lado el placer vivido.
Me fui a duchar, salía agua con normalidad, señal que Roberto se encargó de la bomba. Esa tarde se fue sin despedirse, y por la noche después de ver películas eróticas de la calentura que aún tenía me dormí soñando como me cogería.
Los días siguientes nos desempeñamos con normalidad hasta despachar a los chicos, sentía vergüenza y no podía mirarlo a los ojos, buscando siempre de ignorarlo, tanto que cada vez que los chicos se iban de inmediato corría hacia la casa para encerrarme y no verlo. Pero llegaba la noche y soñaba con él tomándome de diferentes formas como en las películas que veía, pensando si me animaría a chuparle la verga.
Pasaron 4 días, ya era viernes y estaba terminando la jornada. Entretenida con los chicos al despacharlos a sus casas no me percaté que Roberto se dirigió a mi casa y me estaba esperando en la cocina. Miré hacia todos lados y solo vi su moto, a él no lo ubicaba, así que me dirigí a mi casa. Al entrar lo encuentro a él, ya sin su camisa mostrándome sus músculos. De inmediato se abalanzó sobre mí, abrazándome con fuerza y comiendo mis labios mientras yo trataba de frenarlo, sus manos comenzaban a sobar mi duro trasero y mis grandes pechos. Ahí, apoyados en el marco de la puerta de la cocina me desvistió forcejeando ya que intentaba frenarlo. Estaba entre esa situación de no querer pecar y a la vez la necesidad de sentir nuevamente su verga, luego fue bajando lentamente mientras lamía ...