1. Historia del Chip 014 - Postura altiva - Irma 003


    Fecha: 30/01/2018, Categorías: Confesiones Autor: chopin, Fuente: CuentoRelatos

    ... trataba por todos los medios de no humedecerse demasiado o pensar en un pene introducido en su vagina.
    
    Lo malo era que su cuerpo estaba hecho para el sexo. Modelado para ser contemplado, necesitado de caricias. Gracias a su terapeuta había encaminado su sexualidad tal y como habían planeado. Hoy se abriría una nueva puerta. Y comprobaría si sus esperanzas eran vanas.
    
    Llevaba tres horas en postura. Los pechos habían crecido y estaba claro que iban a seguir aumentando. Los mantenían bien altos tal y como era requerido. Tenía los pies juntos. Iba descalza. Su vestimenta consistía en el cordel: símbolo de sumisión y castidad máxima. Sentía confianza plena en Galatea.
    
    Los dedos realzaron los pezones, que reaccionaron acomodándose. Los labios se humedecieron esperando el beso. Se fundieron. Galatea disfrutó con enorme placer. Cada día era un paso más hacia el completo control de su amante. Derechos sin obligaciones. Era ideal.
    
    Irma estaba cansada pero la excitación mantenía los brazos en su lugar. El beso resultaba maravilloso. Las manos expertas de Galatea hubieran podido producirle espasmos si no fuera por el control necesario en la postura. Su terapeuta se sentía muy satisfecha. Podría disfrutar del sexo, si renunciaba a la zona entre sus piernas, el lugar de dónde provenían sus problemas. Resultaría más fácil si tenía una relación clara, precisa y ordenada. Alguien que le indicara qué hacer y cuándo hacerlo.
    
    Irma ya no se tocaba sin permiso previo de su terapeuta ...
    ... o de su amiga electa. Asumida la imposibilidad de acercarse a su pubis, el resto del cuerpo tampoco le pertenecía. No se trataba únicamente de prohibiciones, sino que había otorgado los derechos a otras personas, comprendiendo que era la mejor manera de afrontar el problema. Ahora debía de ofrecerse a su amiga de manera incondicional, salvo por una pequeña cláusula. Su vagina permanecería impoluta, el clítoris abandonado. Era la aceptación de su amante lo que buscaba. Galatea no había mostrado interés alguno por las partes bajas de Irma. Ahora sería algo explícito, un acuerdo elaborado por medio de palabras y sellado con amor. A cambio, Irma le daría su ser, le ofrecería el placer que fuese necesario. Sin otras contrapartidas. Sin cuestionamientos. Con plena dedicación. El chip impediría orgasmos en su ama, pero Irma haría lo posible por hacerla feliz, por acercarla lo máximo posible al gozo.
    
    Las mujeres se estaban acostumbradas a una vida condicionada por su falta de orgasmos. Muchas tenían la suerte de poder obviarlos. Otras se acomodaban a un hombre dominante. Las que no podían, experimentaban formas sexuales originales y atrevidas. En la mente de Irma todavía resonaban las palabras de su última consulta. Sentía la fuerza de esas palabras. No es necesario renunciar a todo.
    
    Los pezones eran el centro de su vida. Galatea opinaba igual. Las dos se unían a través de ese lazo. Escuchó atentamente las instrucciones de su compañera.
    
    —Bien. Como ya hemos hablado multitud ...
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