1. La divorciada del curso


    Fecha: 03/02/2018, Categorías: Confesiones Autor: milkShooter, Fuente: CuentoRelatos

    Era el fin del curso y muchos estaban contentos por haberlo concluido, no vale la pena mencionar de qué era el curso, en fin, yo no lo estaba del todo, me daba igual y como nunca me han gustado estas cosas estaba con todos sin estarlo. Pero por qué fui se preguntarán y tan estúpido es que como requisito había que presentar una foto en la fiesta esta así sin más. Para mi suerte me enteré de que la Señora Araceli se acababa de divorciar y a pesar de que nos hablábamos frecuentemente no nos contábamos cosas de esas.
    
    Ella iba muy guapa, con un vestido negro que hacia relucir su figura que no de modelo, pero si con muchas curvas sin exagerar, un escote discreto, pero vistoso y unas caderas pronunciadas la hacían una señora muy guapa. Después de un buen rato de las bromas estúpidas y esas cosas, Araceli se acercó y empezamos a hablar de tonterías del curso, de que si el profesor y esto y aquello y después por el alcohol, que, aunque no mucho, si el suficiente para hacernos hablar empezamos a coquetear y lanzarnos halagos. Me contó lo de su marido y aunque piense que le fue infiel, la historia era que no podían tener hijos y ella deseaba mucho eso, pero no podía estar así, además lo peor no era eso, sino que al Señor no se le paraba, literalmente así me lo dijo.
    
    Ella seguía triste y después de dos semanas duras de trámites y cosas así, ella se sentía mal, pues se estaba haciendo grande. Tiene 42 años, yo no digo que esté grande, pero bueno para ser madre tal vez, no lo sé. ...
    ... Me ofrecí a acompañarla a su casa pues traía yo carro y ella no, llegamos y después de un viaje ameno me ofreció un poco de café, sinceramente no pensé nada malo y en el transcurso del camino, de repente miraba sus piernas algo gorditas, sabrosas diría yo y ese vestido pegado a ellas, al igual que cuando ella miraba al frente veía su escote, claro en los altos no mientras conducía. Sentí como mi pene empezaba a pararse, pero no tanto como para ella lo pudiera ver de noche y sin luz dentro del carro.
    
    Cuando subimos seguimos platicando y con café se nos bajó un poco el alcohol, pero creo que fue peor porque podía ver la sensualidad en su risa, incluso su tristeza cuando me hablaba de sus cosas, al mismo tiempo que miraba esos senos un poco apretados y blancos que delicia.
    
    Empezó a contarme que lo intentaron un buen tiempo, pero no se pudo y que la satisfacción no era lo mejor, se casaron cuando ella era más joven y fue su segundo hombre, un hombre de 10 cm.
    
    Yo le pregunté si ya estaba erecto en ese momento y ella asintió, me sorprendió un poco y le pregunté si había visto porno alguna vez, esto me dio mucha pena, pero en el momento me dio morbo, ella titubeó, le perdí perdón, pero me contestó que no, que solo una vez, pero eran lesbianas, que en realidad llevan una vida muy simple y en efecto, no tenían televisión y no pudo ver ninguna en la computadora.
    
    Después ella me dijo que por qué me sorprendí y le dije que nada, solo que se me hacía poco, ella se extrañó y me ...
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