1. La divorciada del curso


    Fecha: 03/02/2018, Categorías: Confesiones Autor: milkShooter, Fuente: CuentoRelatos

    ... pregunto cuál era la medida promedio, yo no sabía y dije que como 14 o 15 cm tal vez y la pregunta siguiente fue «¿y la tuya cuanto mide?», yo me avergoncé y le dije que 19 cm más menos, no sabía bien. Ella ahora se sorprendió y empezó a reír, dijo que, por qué la engañaba, dije que no y me dijo «enséñamela».
    
    En esos momentos realmente, me empecé a excitar y mi corazón latía fuerte, sinceramente tenía más curiosidad, pero ahora más morbo, mi pene ya estaba algo erecto, me levanté y se veía mi bulto prominente y de inmediato se levantó y puso su mano en mi pantalón, me exalté y ella lo manoseaba parándolo más y más. Me desabrochó el pantalón bajo el bóxer, «no puede ser» dijo, «es como la de mi marido, pero dos veces». La agarró con sus dos manos y la apretó tanto que me dolió y me alejé, me pidió perdón, no dejaba de mirarla y yo no dejaba de ver sus senos. Se arrodilló sin soltarla y la metió en su boca, siempre gimiendo levemente, eso me excitaba tanto, no la soltaba y no le cabía toda, pero aun así se la clavaba, el sentir su garganta en mi cabeza me hizo venir a chorros dentro de su boca y con tanto placer, que no me percaté que se estaba tocando frenéticamente y entre sus piernas había un pequeño charco, se había corrido la Señora.
    
    Cuando volteó a mirarme tenía la leche escurriendo y cayendo hacia sus senos y en ese vestido negro tan sexy y sucio que se veía, lo bajó con todo y sostén en las tetas y sus pezones chocolate, deliciosos, erectos, me hicieron lanzarme ...
    ... hacia sus senos contra el suelo de inmediato. Empecé a comerle los senos y ella sobre mi pene lo pajeaba, seguía duro, no sé por qué, quizá estaba muy excitado y ella lo jalaba y me apretaba contra sus senos con su otra mano, yo juntaba sus senos y después de un poco, metí mano entre sus piernas para masturbarla y estaba completamente mojada entre los muslos y en su sexo, pero me sorprendió que su vagina fuera muy estrecha, mis dos dedos entraban con dificultad.
    
    Me empujó y me dijo «métela» abrí sus piernas y metí la cabeza, pero me apretaba tan rico, ella gemía, le dolía y la sacaba, pero ella decía que no, que siguiera. Lo intentaba y de pronto sentí como si algo me sacara y fueron sus jugos deliciosos, apretaba sus piernas con fuerza y esta vez entro más rápido, la saqué lento y la metí así más rápido gemía muy rico y se movía con cada arremetida y mi verga entraba en diferentes ángulos, podía sentir sus paredes y su vagina abrazar mi verga, ella me apretaba cada vez más contra sus senos y yo no paraba de metérsela, alcé sus piernas y se la metí más duro, mis huevos chocaban contra ella nalgueándola.
    
    La volteé y miré sus nalgas tan deliciosas acumularse empinadas contra mi verga y mis manos, empecé a penetrarla con fuerza hasta no pude contenerme, tanto que le solté un par de nalgadas duras dejando sus nalgas rojas y me corrí como animal, de nuevo ella igual sacó sus jugos, esta vez menos igual que yo, pero nos corrimos. Me acosté en el suelo y ella fue directo a mi ...