1. Nuevos inicios


    Fecha: 02/09/2021, Categorías: Incesto Tus Relatos Autor: Papito, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X

    Buenas noches, me pueden llamar papito, mí pequeño me llama asi, fue lo que dijo primero en medio de la sala cuando la familia estaba reunida, desde ese momento, soy el papito de mí pequeño, y de las dos hijas mayores que tuve con Ema, mí esposa que también me llamo así juguetona sin ninguna malicia, hasta que en la semana la tomé en la cocina, y ella gritó en éxtasis papito, y es en ese momento donde todo cambia para mí, encajo distinto y se selló en mí mente como un detonante que me pone duro de solo oírlo, Ema lo supo antes que yo, y jugo unos días con ello, nunca tuve tanta hambre de su curvilíneo cuerpo que cuando de pronto me susurra papito al oído, dejó de jugar claro, la noche que la lleve a cenar y a través de la mesa solo movió sus labios sin pronunciar sonido, la deje ir al baño y luego la seguí, me la monte en un cubículo con ella de cuatro y tapándole los gemidos con su propia tanga, luego sentada desnuda con el maquillaje corrido me deboraba la pija pero no pude resistir y la hice beber toda mí corrida, casi la ahogo sin darme cuenta, la obligue a lamerme un poco más y solo cuando tenía una media erección la dejé ponerse el vestido, volví a la mesa y después de casi quince minutos ella volvió, retocada y compuesta, jurando no volver a llamarme así, esa misma noche en el auto rompió su juramento. Y es que volviendo, pasando por calles secundarias le ganó la costumbre y yo frente de golpe, Ema me miró enojada y aunque están desierto el camino me grito que estaba ...
    ... loco, le sonreí y volví a conducir, aparque unos metros adelante en un callejón y empuje su dulce cabeza hasta mí pija, me enloqueció que abriera el ziper con sus dientes y sin rechistar se tragó toda mí pija que crecía en su húmeda boca, ella me lo mama tranquilo, suave y cuando estuve seguro que acabaría la volví a su asiento, ella estaba confundida, pero yo quería hundirme en ella y llenarla así que la baje con protestas, y aunque se puso a luchar la aplaste contra su puerta y me restregue en su figura, ella es pequeña, apenas 1,55 contra mis 1, 93, tomé el dobladillo de su vestido, un trozo de tela que me torturaba pegándose a sus curvas y dando una visión completa de su espalda, pero cubría su trasero y tuve que alzarlo, su tanga no tuvo tanta suerte, la estire para que frote su clítoris pero se rompio, y sin miramientos la clave entera en su ya jugoso coño, toda su resistencia se redobló y casi me desconecta de su interior, eso me exito más y la volví a empalar y mordí su cuello, quería que lo aceptará, y quería que le gustará, quería volverla loca la verdad y que al igual que yo no pueda resistir el deseo, así que me moví profundo y en círculos solté mis dientes de su piel y lamí la marca, pero igual inmovilise sus manos a los lados de cabeza, ella la giro y pude ver en sus ojos lágrimas, no supe que de todo, o el todo pero me moví más rápido, la quería gimiendo y ella lloraba, tenía que darle un orgasmo amnésico, la bese, me introduje en su boca al ritmo que mí pene ...
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