Helena y una placentera estadía en Cuba
Fecha: 05/02/2018,
Categorías:
Anal
Sexo con Maduras
Sexo Interracial
Autor: Anitaslut44, Fuente: xHamster
Helena y una placentera estadía en CubaHelena me llamó a casa fuera del horario de oficina, para decirme que había tenido una breve sesión de buen sexo oral con el Gerente de Planeamiento y eso nos aseguraba a ambas un viaje de tres días a Cuba, que por supuesto íbamos a tomar como unas merecidas vacaciones, aunque con el pretexto de ir a recorrer una de nuestras filiales allí. Yo no podía creer lo que me estaba contando.“Se la chupaste a ese pervertido???... Oral nada más, lo conformaste así solamente?”“Sí, amiga mía, pero tiene una verga poderosa el tipo, la próxima vez me hago coger”.La cuestión fue que el lunes a primera hora estábamos en el aeropuerto, con nuestros esposos convencidos de que íbamos a pasar unos días muy atareados, aunque les dijimos que pensábamos tomar un poco de sol caribeño de la manera que fuera…La primera noche nos portamos bien; solamente salimos a cenar fuera del hotel y muy temprano ya estábamos encerradas otra vez, en la cama… juntas, naturalmente…A la mañana temprano desayunamos y salimos a la playa frente al hotel, con nuestras diminutas tangas fluo y cubriéndonos apenas con unos coloridos pareos. Nos acostamos boca abajo en la arena, mostrando nuestras redondas colas a quien quisiera admirarlas…Pronto nos dimos cuenta de que frente a nosotras solamente desfilaban por la playa unos gigantescos negrazos, algunos bastante fieros en apariencia, pero más de uno parecía un verdadero Adonis…Helena me miró de reojo, susurrando muy bajito:“Ya notaste, ...
... amiga, el tamaño de verga que debe tener aquel negro que va por allá?”Le respondí que lo había visto; era un lindo chico mulato que no podía ocultar un tremendo bulto que se distinguía dentro de sus pantalones de baño.“Quiero que ese negrito me coja”. Sentenció mi amiga.Más tarde fuimos al bar del hotel a refrescarnos un poco y allí en la barra estaba el mulato en cuestión. Ahora lo vimos de cerca, muy apuesto y musculoso, con un terrible paquete apenas disimulado en su entrepierna.Helena me dijo que se sentía muy caliente y que a la noche iba a necesitar una pija dentro de ella, o se iba a volver loca. Aprovechó para confesarme que Jorge llevaba casi dos semanas sin cogerla como a ella le gustaba. Demasiado estrés, decía.Mi amiga se levantó de su silla y se acercó a la barra, junto al mulato.Pidió otro trago y de reojo volvió a mirar bien de cerca ese tremendo bulto que apenas podía cubrir ajustado su traje de baño…En ese momento no sucedió nada; el mulato repentinamente se levantó de su asiento, le dedicó una intensa mirada a Helena y después desapareció entre la gente…Esa misma tarde Helena y yo decidimos concurrir a uno de esos locales al aire libre en la playa, lugar donde la gente local y los turistas escuchan y bailan reggae.Allí volvimos a encontrar al mulato en cuestión, sentado en la barra. Helena, con cierto disimulo, no dejaba de mirarlo. Al cabo de un rato, él se dio cuenta de sus miradas y con toda naturalidad se acercó a nuestra mesa.Se presentó como Edmundo y ...