1. LA DECENTE


    Fecha: 05/02/2018, Categorías: Confesiones Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... una sonrisa en los labios. Me mandó pasar. Y dentro, me dijo:
    
    -Ponte cómodo en el sillón que ahora te dicto la carta.
    
    Llevaba la misma falda que el día en que me quise propasar... Le sonó el móvil. Era el marido. Se sentó a mi lado en el sillón.
    
    -Joder, Paco, ahora no.
    
    Había que probar. Le toqué una teta por encima de aquella blusa cortita que casi dejaba ver su ombligo. Me dio una palmada en ella con la suya.
    
    -¿Qué que fue ese ruido? Una mosca... No, podía ser, pero tu hijo se fue a Santiago y no viene hasta la noche.
    
    Metí una mano entre sus piernas. Me la apartó.
    
    -Vale. Cuenta. ¿Qué te hizo el cabrón de tu jefe?
    
    La besé en el cuello. Se apartó y me miró de mala manera.
    
    Siguió hablando por teléfono.
    
    -No, hombre, no, no me aburres. Sigue.
    
    Le mordisqueé una oreja. Me dio un empujón.Metí la mano bajo su blusa. Me la quitó.Volví a meter una mano entre sus piernas. Las apretó y no me dejó ir más lejos.
    
    -¿Vas a venir para casa?
    
    Intenté besar aquellos labios, rojos y carnosos. Me hizo la cobra.
    
    -Mejor. Aguanta que trabajo hay muy poco.
    
    Saqué la polla, empalmada. Se la puse en una mano. Apartó la mano de ella.Me arrodillé. Le levante la blusa y le besé el ombligo. Quise seguir subiendo para comerle las tetas y me apartó de ella.La volví a besar en el cuello. Volví a meter mi mano entre sus piernas. Las abrió un poquito. Acaricié sus muslos.
    
    -Pues estoy sentada en el sillón.
    
    Le levanté la blusa. No llevaba sostén. Sus tetas eran ...
    ... grandes y preciosas. Con areolas negras y grandes, y pezones de punta. Se las iba a comer.La bajó y me dio otro empujón. Tapó el teléfono con una mano, y me dijo, en bajito:
    
    -Te voy meter una hostia que te voy a poner un ojo a la funeraria.
    
    Me comencé a masturbar mirando para sus tetas y mirándola a ella. La Decente, miraba para mi polla y no decía nada.Ella, seguía a lo suyo. Ya llevaba un par de minutos masturbándome. De mi polla salía cantidad de aguadilla. La Decente, no le quitaba ojo. Sentí que me iba a correr, cerré los ojos, y paré. No le quería manchar el silón.
    
    -No, no estoy sola, está conmigo el hijo de la vecina. Me va a hacer un favor.
    
    Volví a intentarlo. Puse mi mano sobre una de sus tetas. No me la apartó. La metí por debajo de la blusa. Acaricié sus tetas y no me dijo nada.Me emocioné. ¡Se estaba dejando! Metí mi mano entre sus piernas.Las abrió y ni mano fue hasta su sexo. Tenía las bragas mojadas.
    
    Le subí la blusa y le magreé, mamé, lamí y chupé las tetas, sin hacer ruido, mientras, mi mano, acariciaba su chochito por encima de las bragas mojadas.
    
    La besé otra vez en el cuello. Busqué sus labios. Ella tapó el móvil con una mano y me dio un beso con lengua que casi hace que me corra. Después, siguió hablando con su marido:
    
    -Sí, el alcalde.
    
    Le llevé mi polla a la mano. Al primer meneo, vio que me iba a correr como un bendito, y le dijo al marido:
    
    -Se me acaba la batería... Chao... chao.
    
    Colgó y me preguntó:
    
    -¿Es tu primera ...