1. Un pervertido con máquina de taladrar


    Fecha: 12/02/2018, Categorías: Confesiones Autor: Juangalan, Fuente: CuentoRelatos

    Quiero contar, lo que era mi mayor perversión: el voyerismo.
    
    No voy a contar mis experiencias por orden cronológico, no me apetece ahora mismo remontarme a la prehistoria, simple y brevemente quiero relatar la primera vez que conseguí ver desnuda a la hermana de mi mujer.
    
    En esos momentos aún era mi novia, llevábamos poco tiempo juntos y tanto ellas dos como su hermano vivían con sus padres. Fue precisamente un verano que por trabajo Clara, mi actual mujer, se quedó sola en casa mientras los demás disfrutaban de su casa en la playa cuando preparé el terreno: ella no me dejaba que me quedara si no estaba pero una noche después de follar allí cogí unas llaves del mueblecito donde las guardaban esperando que no se diera cuenta.
    
    A la mañana siguiente, cuando ella estaba trabajando fui a la casa con mi buena amiga la taladradora e hice uso de ella en un lugar estratégico que ya tenía pensado. Aunque no lo haga aposta, cuando estoy en un baño que no es el mío miro posibles lugares donde podría haber un agujero con vistas a la ducha. En casa de Clara lo vi claro valga la redundancia: justo enfrente de la bañera estaba el portarrollos, un pequeño taladro justo debajo no se notaría y cuando vi el otro lado de la pared la sonrisa se salía de mi cara. Al lado del wc estaba la cocina, y donde calculé que saldría el taladro no había ningún electrodoméstico pesado, ahí tenían un par de sillas de plástico plegadas que tenían por si las necesitaban alguna vez.
    
    Tras medir bien ...
    ... utilicé una broca fina para asegurarme que no se rajaba el azulejo del baño, luego lo agrandé un poco, hasta donde me pareció que no era posible descubrir a no ser que uno fuera buscando algo así. Ya tenía práctica en estas cosas sobre todo tras algún que otro fiasco en que tanto cálculo sirviera para ver la parte alta del rostro y el pelo o por debajo de las rodillas; incliné la máquina al taladrar de forma que pudiera ver la mayor porción posible del cuerpo de quien saliera de esa bañera.
    
    Tras limpiar todo bien vi que tenía tiempo de sobra y me dediqué a mirar la ropa interior de Sandra, que así se llama la cuñada en cuestión, también entré en la habitación del hermano y mirando sus álbumes de fotos vi alguna de su novia en bikini en la playa y otra, escondida, muy desenfocada pero desnuda en esa misma habitación donde yo me encontraba ahora. Hice fotos para tener yo tanto de la prohibida como de las públicas. Luego me fui cuidando de dejar todo como lo encontré.
    
    Para probar mi trabajo en los interminables días en que Sandra seguía de vacaciones miré en secreto varias veces a mi chica. En ese momento me excitaba lo que veía sin que lo supiera ella pero aún más (la acababa de tener desnuda entre mis brazos) imaginar que así mismo vería a su hermana en cuanto se presentara la ocasión. La verdad, ahora mismo recordar ese detalle más que excitarme me pone muy rabioso, pues si alguien ha leído mis relatos de control mental sabrá que hace muy poquito me enteré que su hermano y ...
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