1. Maika, la virgen ardiente


    Fecha: 12/02/2018, Categorías: Anal Autor: rubele, Fuente: CuentoRelatos

    ... saltan y se mueven y el roce de culos con tetas, pijas y manos es inevitable. Pero se ve a todos recontentos y no se notan casi vergas paradas, vas entrando en ritmo y te olvidas que la ropa está en el vestuario. Cuando viene la música slow y bajan las luces la cosa se pone requete interesante y no hay lo que hacer, la naturaleza hace lo suyo y como puedo evitar que no se me pare si Maika estaba desnuda entre mis brazos, es hermoso como se escuchan suspiros y gemiditos de las parejas que bailando se recalientan en forma inevitable. No es lo mismo el sentir que te la apoyan como en un disco común, sino sentir mi pija entre tus piernas rozándote todo el tiempo, y las manos acariciando el culo o las tetas. Pero lamentablemente la discoteca no tiene un lugar reservado con camas o sillones donde descargar la calentura hasta el final, así que esto es una gran olla a presión. Maika me beso en la boca y me agradeció que la traje a conocer y experimentar este lugar. Mi verga estaba entre sus piernas y con el roce sentía el volcán en erupción que había en su concha. Si esto fuera en un país latino, el piso estría lleno de leche y los baños serian un gran folladero, pero los alemanes son muy cuadrados y limpitos así que no van a ensuciar en público, así que se franelean, se calientan como locos y se aguantan.
    
    Pero yo no soy alemán y tenía mis planes.
    
    Seguía tocándole el culo, las tetas y la besaba poniendo mi verga entre la piernas de Maika para calentarla lo más que podía, ...
    ... cuando sentí que ella ya estaba por explotar le sugerí que vayamos a otro lado a terminar lo que habíamos empezado aquí. Maika me sonrió y sin decir palabra me agarro de la mano y me llevo a la salida. Nos vestimos en el vestuario y en unos minutos estábamos en el coche rumbo a un motel de la ruta, para que no se enfríe el asunto puse mi mano en la concha de Maika durante todo el viaje que serán 15 minutos masajeándole el clítoris y poniéndole dedos dentro durante todo el trayecto. Maika suspiraba y largaba jugos sin parar, y yo no quería que se enfriara. Llegamos al motel y sin perder ni un minuto nos desnudamos y nos tiramos en la cama, nos besamos y tocamos durante algunos minutos. Fui bajando por la panza de Maika que abrió sus piernas y yo puse mi boca en su concha chupándola y besando su clítoris durante un rato, mientras ella tenía orgasmos uno tras otro, llenándome la boca y la cara con jugos calientes que no paraban de fluir de su concha virgen. En un momento me dijo:
    
    -por favor métemela no aguanto más, pero con cuidado pues soy virgen...
    
    Yo me hice el sorprendido y le prometí que sería perfecto y muy cuidadoso con ella. Me puse un condón y suavemente la fui penetrando hasta tener toda mi verga dentro de la conchita estrecha, recaliente y mojada de Maika. Pensé que costaría más metérsela la primera vez, pero no tuve que hacer demasiada fuerza. Nunca sentí una concha con esa temperatura, hervía! Mi verga que estaba dura como hierro y recaliente por todo lo que había ...