1. Las mejores maestras


    Fecha: 14/02/2018, Categorías: Incesto Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... del cuarto que yo ocupaba y dirigí mi mirada hacia la puerta del baño.
    
    Mi corazón casi se detuvo en seco. La puerta del baño, no estaba cerrada. Tan solo se encontraba entornada, Imaginé que la costumbre que tenía mi hermana de moverse libremente por su casa, le había hecho olvidar que yo estaba ahí. Me fui acercando poco a poco a esa puerta, que parecía llamarme. Di una rápida ojeada y mi vista se posó en el espejo del baño. Gracias a que el lavamanos (y por lo tanto el espejo) estaba a bastante distancia de la bañera, el espejo no se empañaba. Supongo que también ayudaba el hecho de que la bañera (y la ducha) tenían mampara y que la puerta del baño no estuviese cerrada. Me quedé fascinado. Mi hermana Mónica era preciosa! La estaba viendo de perfil, mientras el agua le caía por el cuerpo, dando un salto y cayendo como si de una cascada se tratase, más allá de sus pezones. No se debía estar mojando los pies! Que maravilla de tetas. Al acabar ella de ducharse, aún permanecí mirando 1 o 2 segundos más. Pude contemplar así, su coño, al ella levantar un pié, para salir de la bañera.
    
    En silencio, me dirigí al cuarto que me había asignado. Yo tampoco cerré la puerta del todo. Al oír que ella salía del baño, como el que no quiere la cosa, en voz alta le pregunté si ya había acabado, para ducharme yo también. En el mismo momento empecé a desnudarme, empezando por bajarme los pantalones. Soy la ostia calculando! Mónica se aproximo a la puerta para decirme que si, que no había ...
    ... problema. Justo en ese momento, yo me sacaba los calzoncillos. Mi dura polla, enfocaba hacia la puerta, dejando ver una erección descomunal.
    
    Bien jugado campeón; pensé para mis adentros. Aunque yo no miraba hacia la puerta, podía notar tras ella, la presencia de mi hermana, observando mi erección. Yo continuaba hablándole, como si pensase que ella se encontraba lejos, al tiempo que con un movimiento, como si fuese mecánico, me tocaba la polla. Al ponerme el albornoz para salir hacia el baño, pude observar como una sombra huía de detrás de la puerta. Mi hermana se había ido ya para no ser descubierta. Uhmmmmmm, ahora tienes algo en que pensar, hermanita! Me dije a mi mismo.
    
    Me duché yo también, mientras Mónica empezaba a preparar la cena. Al acabar, me puse unos calzoncillos limpios (recordaba los consejos de Mireille) y unos pantalones, dejando mi pecho al descubierto. Me dirigí a la cocina para ayudar a Mónica y poder seguir observándola y como no, deseándola!. Casi me corro de la visión. Se había puesto un pijama transparente, el sujetador y unas bragas. Tragué saliva. Como el que no quiere la cosa, me puse a su lado para ayudarla (jejeje, para observar bien sus pechos a través del pijama). Hablábamos de cosas banales, de recuerdos, etc, etc. Cogí 2 copas, abrí la primera de las botellas y le propuse un brindis:
    
    Yo- Por el deseado rencuentro!
    
    Mó- Brindo por ello!
    
    Para cuando la cena estuvo preparada, ya casi se había acabado la primera botella. Aunque iba ...
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