1. Las mejores maestras


    Fecha: 14/02/2018, Categorías: Incesto Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... minutos, mi padre puso las manos bajo ellos, moviéndolos un poco, como pesándolos. Yo seguía con los ojos fijos en los enormes pechos de mi hermana y a la vez notaba como un nerviosismo extraño, una excitación fuera de lo normal.
    
    De repente vimos como la cabeza de mi padre se acercaba a los pechos de Mónica y como con una suavidad que exasperaba empezaba a lamerle los pezones. Estos, a pesar de la distancia, parecía que iban creciendo y adquiriendo un tamaño enorme. Mónica cerraba los ojos, mientras temblaba y se mordía el labio inferior. De repente, no parecía que le disgustase tanto tener que hacer el papel de mi madre. Mi padre seguía relamiendo y chupeteando los pezones de Mónica.
    
    Al cabo de unos minutos, ella se dejó ir sobre la cama, acariciando el cabello del hombre que estaba consiguiendo que su entrepierna y sus bragas se fuesen empapando de su virginal flujo. Su propio padre la estaba haciendo sentirse mujer y deseada!!
    
    Mientras tanto y casi sin darme cuenta, mi joven polla empezó a ponerse cada vez más dura y olvidándome por completo que estaba junto a mi hermana Conchi, aprovechando que llevaba puesto el pantalón de pijama, empecé con el típico y suave vaivén de la masturbación.
    
    Dentro de la habitación la escena se iba poniendo cada vez más caliente. Mi padre iba besando los enormes pechos de Mónica e iba bajando sus besos y su lengua, a través de su barriga hasta llegar al cierre de sus pantalones. Se medio incorporó sobre sus codos y mientras besaba ...
    ... a mi hermana en la boca, pude apreciar que con una mano libre, desabotonaba el pantalón y le bajaba la cremallera, para de nuevo dirigir sus besos y su lengua hacia la zona baja de Mónica, la cual seguía temblando y a la que me parecía podía oír suspirar. De repente, los besos pararon y mi padre se incorporó para quitarle a Mónica los zapatos y bajarle los pantalones (todo ello con una calma y una lentitud pasmosa). El a su vez, se quitó los zapatos con los mismos pies, se deshizo de su camisa y se bajó los pantalones, quedándose en calzoncillos frente a Mónica, la cual solo en bragas, tumbada en la cama, dirigía su mirada hacia la entrepierna de su padre. Se podía apreciar un bulto enorme !!.
    
    Mi hermana Conchi, que hasta ese momento había permanecido a mi lado sin decir ni hacer nada, se giró hacia mi, con cara de querer decir algo, pero no llegó a articular ninguna palabra. Sus ojos se dirigieron hacia mi mano, la cual seguía en la labor de masturbarme suavemente.
    
    C – Se puede saber que haces ?.... en un susurro.
    
    Yo- No puedo evitar tocarme! Esto que estamos viendo, me ha excitado mucho y sin pensarlo, me han venido ganas de tocarme. Me gusta mucho !
    
    Mi hermana Conchi se me quedó mirando de una manera rara, su mirada se dirigió a la habitación de mi padre y de nuevo a mi mano.
    
    C- Tu ya te habías masturbado antes?
    
    Yo- Sí, alguna vez
    
    C- Y has llegado a correrte?
    
    Yo- Correrme? No entiendo que quieres decir
    
    C – Que si te has tocado hasta que tu leche ...
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