1. Me la follé y ni se enteró


    Fecha: 16/02/2018, Categorías: Confesiones Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... botones de su camisa, dejando a un lado el elástico del sujetador hasta agarrar su pezón entre dos dedos. Debido al alcohol y el porro su cabeza se meneaba y tuve que sujetarla junto a la mía para que no se moviese.
    
    Mi polla, entre el gusto que me estaba dando la teta de mi novia y el roce que me dada el cuerpo de Raquel, sabiendo que sus tetas estaban siendo estimuladas a pocos centímetros de mi, estaba a punto de estallar. Con disimulo, y aprovechando el bamboleo del coche y la oscuridad apoyé mi mano izquierda en la pierna de Raquel, esperando su reacción. Muy a su pesar, su estado no le permitió distinguir de quien era la mano, por lo que ni se inmutó, situación que yo aproveché para seguir subiendo por el muslo bajo su corta faldita hasta tocar con la yema del dedo el elástico de sus bragas. El coche dió un brinco, debido a lo malo del camino, momento que aproveché para empujar un poco más mi dedo bajo el elástico hasta tomar contacto con los rizos de su coño. Fue sólo un instante, lo suficiente para hacer que casi me corriese si no llega a ser por culpa del conductor, que encendió en ese momento la luz interior para poner una cinta de música en la radio.
    
    Como pude saqué la mano de entre las piernas de Raquel y ante el calentamiento que tenía no dudé en cambiarla de lugar, y tan pronto como se apagó la luz corrí a meterme bajo la entrepierna de Eva. Le levanté un poco la falda y le plante de lleno la palma de la mano en su conejo,que recorrí arriba y abajo jugando ...
    ... con sus rizos.
    
    Debido a que mi lengua jugaba con la de Eva, al roce de mis dedos que se fundían con sus pezones, y al toqueteo bajo sus brajas, la muy puta como pudo se abrió un poco, lo suficiente para que mi dedo corazón separara sus labios introduciéndose hasta el nudillo en su mojado conejo. Allí estuvo casi todo el camino que nos quedaba hasta llegar al chalet.
    
    Nos dejaron en la puerta y el coche se fue. Las chicas se habían sentado en el suelo, apoyadas contra la pared. Entre nando y yo metimos como pudimos a Raquel y la tumbamos en la cama, para salir luego y realizar la misma operación con Eva.
    
    -Que te parece si le quitamos la ropa...- Me preguntó Fernando.
    
    -Vale...- le dije.
    
    Comenzó a desnudar a Raquel, quitándole le camisa con esfuerzo, pues su novia ni se movía, pareciendo más un cadáver que la niña morena que quitaba el hipo.
    
    Yo también le quité a Eva la camisa, mirando de reojo a la chica de mi amigo. Sin camisa la niña se veía de muerte, con un sujetador blanco de encaje que tapaba sus pechitos glotones. Como estaba mirando más a Raquel que a mi novia, y debido al bamboleo del cuerpo inerte, no me di cuenta que a Eva se le había salido un pezón del sujetador y que mi amigo miraba con descaro.
    
    Me di cuenta y se lo volví a meter dentro.
    
    Nando cogió a su chica y le sacó los zapatos y la falda. La niña llevaba unas bragas blancas a conjunto con el sujetador que marcaba su chocho, dejando algunos pelillos fuera del elástico.
    
    De nuevo y de ...