1. Demostradora de amor


    Fecha: 17/02/2018, Categorías: Incesto Autor: luzsensual, Fuente: CuentoRelatos

    ... día?
    
    A.—Bien gracias todo tranquilo al momento, solo tengo un par de recados que han dejado para usted.
    
    D.—Perfecto los puedes traer a mi oficina por favor.
    
    A.—Si enseguida.
    
    Al entrar a su oficina Damián inclino la silla hacia atrás y me recorrió con sus ojos como si quisiera grabarse cada parte de mí en su memoria.
    
    A.—Aquí están, ¿Puedo hacer algo más por usted?
    
    D.—No gracias es todo por el momento, (nuevamente se dibuja esa sonrisa en su boca).
    
    Me di la media vuelta y sentí un par de ojos estancados en mi trasero. El resto del día fue tranquilo, haciendo mi trabajo tal como Irma me lo explicó. Así transcurrieron las primeras dos semanas, sentía que manejaba todo a la perfección y me sentía bien, solo que la mirada de Damián me incomodaba en ocasiones. Un día fingió que tropezó para darme un arrimón por detrás: juraría que Damián sentía una atracción física por mi desde el primer día, él no me era indiferente, tenía todo lo que me gusta en un hombre, alto, cabello bien peinado, tez morena clara, se notaba que dedicaba tiempo al gym, aproximadamente unos 10 años mayor que yo, no estaba nada despreciable. Mi aventura comenzó a mediados de la tercera semana de trabajo cuando una tarde faltando una hora para salir Damián me pide que vaya a su oficina, al entrar me pide que tome asiento con una voz y una seriedad que no conocía de él.
    
    D.—Anett ¿recuerdas hace días atrás el haber vendido esta gargantilla? (mostrando una fotografía de la ...
    ... gargantilla)
    
    A.—Por supuesto como podría olvidar algo tan hermoso.
    
    D.—Anett lamento decirte lo siguiente, pero vendiste esa gargantilla a un menor precio y la diferencia es realmente grande, estamos hablando de miles y créeme que siento decirte esto, pero estás en problemas.
    
    A.—Yo lo siento mucho (con un rostro lleno de pena y de angustia) lo vendí al precio que decía el aparador no sé qué paso, ¿por dios que puedo hacer?
    
    D.—Lo siento Anett, pero tendrás que reponer el dinero, entenderás que el descuido fue tuyo y pues lo siento mucho.
    
    A.—Pero en este momento yo no cuento con una cantidad así podría trabajar gratis si deseas (no sabía que hacer solo pensé en llorar).
    
    D.—No Anett vamos no llores (se levantó de su silla y se sentó al borde de su escritorio justo enfrente de mi), soy una persona comprensible y quiero ayudarte de acuerdo no llores.
    
    A.—Gracias, es que la verdad no sé qué paso y no sé qué hacer.
    
    D.—Bueno linda, pues yo soy el hijo del dueño y puedo respaldarte por completo y te voy ayudar (me toma de las manos y me levanta me pone frente a él y me sujeta de las caderas), tienes dos opciones la primera es pagar todo y la segunda es darme una probadita de ese cuerpo delicioso que tienes.
    
    A.—¿Disculpa? (haciéndome para atrás) ¿me estas pidiendo de que a cambio de que se me perdone lo que pasó quieres que me acueste contigo?
    
    D.—Mira (me volvió a tomar de las caderas y me jaló fuertemente hacia él) si me vas a dar el dinero te advierto que es en un solo pago y ...