Me cogieron por primera vez
Fecha: 18/02/2018,
Categorías:
Lesbianas
Autor: AlbertoFlorida, Fuente: CuentoRelatos
... lentamente de mí, y mi cuerpo reaccionaba de esta forma. No podía creerlo, mis lágrimas aumentaron y comencé a temblar y sollozar de rabia. No podía estar disfrutando esto, yo era un hombre, esto era totalmente biológico, su pija estaría estimulando mi próstata y nada más. De hecho realmente no encontraba nada de esto disfrutable, incluso mi pene estaba tan duro que me dolía. Manuel sintió mi llanto y volvió a hablarme: -Tranquilo, ya está listo. Ahora te voy a hacer lo que le quería hacer a esta puta- Y dicho esto comenzó a cogerme propiamente dicho.
Tomando fuertemente mis caderas comenzó a entrar y salir de mi culo ahora con estocadas largas y fuertes. A cada momento iba ganando intensidad y ya se escuchaba el golpear de sus caderas contra mis nalgas. En ese momento, en cuánto el mete y saca se hizo furioso la sensación en mí se desencadenó. Una electricidad recorrió desde mi próstata, mi culo y hasta mi pito, que comenzó a eyacular como nunca. Escupí semen durante unos gloriosos treinta segundos en los que me olvidé de todo, excepto del placer indescriptible que seguía. Mi orgasmo se llevó todas mis fuerzas y me hubiese desmayado ahí mismo… si no fuera porque tenía la verga de Manuel taladrando mi culo.
Pasado mi orgasmo volví a la realidad y ahora sí sentía la violencia con la que Manuel me penetraba. Ya no había ningún ...
... sentimiento placentero, solamente esa bestia que entraba y salía de mi culo dolorosamente: -Así, así, te gusta???
-Ahhh, nooo, oohhh, paraaaa, aahhhh
-Dale, puto, si sentí como me apretaste recién la pija, como acabaste mientras te cogía.
-Nooo, ahhh, ahhhnoooo- Mis gemidos salían de mi boca a cada estocada. Me estaba perforando con violencia y sin parar. Entraba y salía sin detenerse, si hasta parecía ganar velocidad. Y así era…
-Ahí… ahí… te… va… todooo- Con las estocadas finales, fuertes, profundas, implacables, Manuel acabó dentro de mi culo. En la última arremetida llegó hasta el fondo y agarrándome fuertemente de mis caderas se quedó clavado en mí.
Sentí como esa verga palpitaba dentro de mí y me llenaba de leche. Sentí como latía mientras el calor de su semen me invadía. Yo lloraba ya sin voz cuando Manuel retiró poco a poco su verga de mi culo para descargar lo último de su leche sobre mis nalgas. Sentí como limpió un poco su verga con la pequeña tenga de mi tanga y dándome una nalgada se levantó y se fue.
Ahí me quedé yo. Acostado boca abajo en el sillón. Con ropa interior de mujer. Mi culo desvirgado chorreando lentamente la leche de Manuel, el hombre que me había cogido. Y apoyado sobre mi propia acabada.
Sabía que ya nada volvería a ser igual desde ese momento. Pero no podía imaginar qué tanto cambiaría mi vida.