1. La reeducación de Areana (28)


    Fecha: 19/02/2018, Categorías: Transexuales Autor: señoreduardo, Fuente: CuentoRelatos

    ... que iban a disfrutar de castigarla. Amas perritas se preguntaban qué iría a pasar con ellas y ninguna de las dos dudaban de que iban a ser cogidas a fondo en el curso de la noche. Areana aprovechó que toda la atención estaba centrada en su madre y en las invitadas y comenzó a tocarse, comprobando lo que ya sentía: que estaba muy mojada. Fue en ese momento que sobre las nalgas de Eva restalló el primer azote, un varillazo dado por Marta. Eva gimió y fue en ese instante que Lucía advirtió los tocamientos de Areana y, mordiendo el odio que seguía sintiendo por ella, le dijo:
    
    -¿Qué haces, puta de mierda? ¿Cómo te atrevés a toquetearte sin permiso? Sacá la mano de ahí o le cuento a la señora.
    
    -Ay, Lucía… -atinó a protestar Areana, pero Lucía insistió con firmeza.
    
    -Dejá de tocarte o te denuncio ya. ¡Ya! ¿oíste?
    
    Miemtras tanto la paliza a Eva había cobrado la debida intensidad y la pobre gemía de dolor pero tambièn de excitación cada vez que la vara, la paleta y el látigo caían inclementes sobre sus portentosas nalgas o sus muslos llenos y admirablemente torneados. Las invitadas descargaban sus azotes con ojos agrandados por la calentura mientras Areana, asustada ante la amenaza de Lucía, se daba cuenta, con angustia, que en ese instante la chica había vuelto a ejercer dominio sobre ella, momentáneo, pero que la hacía sufrir al no poder tocarse.
    
    Margi escuchaba el silbar de los instrumentos de azotar en el aire y luego el sonido al golpear la carne estremecida presa ...
    ... de sus contradictorias sensaciones mientras Milena la contenía reteniéndola abrazada contra su pecho.
    
    Areana, mordiéndose los labios, veía cómo las nalgas y los muslos de su madres se iban coloreando cada vez más en tanto la hembra supliciada se agitaba en sus ligaduras provocando una excitación cada vez mayor en sus torturadoras. De pronto Marta arrojó al suelo la vara y se abalanzó sobre Eva para empezar a sobarle el culo, los muslos, las tetas, en medio de jadeos cuasi animales y besos que de pronto se transformaban en ávidos mordiscos. Pronto la imitaron Zelmira y sus amigas Elsa y Silvia.
    
    -¿Qué hago? ¿las detengo? –le pregntó Amalia a Elena, desorientada.
    
    -No, dejalas, yo me ocupo de soltarla y después la cogemos entre todas en el piso. –dijo Elena y sin perder tiempo liberó a Eva de sus ligaduras para después integrarse al grupo que iba a violarla en el suelo.
    
    -No puedo más, Lucía… -murmuró Areana ardiendo de calentura viendo a su madre en el piso, enredada en una maraña de brazos y piernas, jadeando mientras las bocas la besaban por todas partes y era mordida y penetrada por dedos que se renovaban para entrarle en el culo y la concha, de la cual manaban ríos de flujo.
    
    Amalia pensaba en la continuidad de la orgía. Cuando las invitadas terminaran de violar a Eva habría llegado el momento de volver al living y fue entonces que escuchó a Lucía decirle: -Señora, esta puta se estuvo tocando… Se tocaba sin permiso… -refiriéndose a Areana.
    
    -¿Ah, sí? ¿y que ...
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