1. El nalgoncito de 11 años


    Fecha: 22/02/2018, Categorías: Gays Autor: natzareno, Fuente: SexoSinTabues

    ... que lo invité a mi casa, aceptó con algo de desconfianza. Los detalles del momento lo pueden leer en el anterior relato. Una vez en casa, Santiago de 11 años de edad, comenzó a fisgonear por doquier. Principal énfasis en mi sala de estar, es que allí estaba la consola de videojuegos. Pero como Santi anduvo trabajando varias horas en la calle, se notaba a leguas que necesitaba un baño… Yo- “Santi, si quieres jugar con la play debes bañarte antes, sino me ensuciarás toda la casa…” Le dije esperando que el niño acepte mi regla. Santi- “Em… Okey… ¿Dónde está el baño?”. Peguntó encogiendo los hombros un poco. “Sígueme”, le dije. Con él detrás, caminé los pocos metros que separan mi sala de estar con el pasillo en donde se encuentra el baño. En mi cabeza soñaba con que me deje verlo desnudo, planificaba en mi mente alguna estrategia para quedarme en el baño y “ayudarlo a bañar”. Pero también, era consciente de que Santi tenía 11 años y “me echaría” del baño antes de quitarse la ropa… Al ingresar al baño, le señalo la regadera, y le digo – “Bien Santiago, ven que te ayudo con esto…”. Y me acerqué a él para quitarle la camiseta que traía puesta, deseando que no me diga lo que cualquiera esperaría de un niño de 11 que se va a bañar: “déjame, puedo solo”. Lo cierto es que no se resistió ni me dijo nada, es como si le gustara que lo ayude… Pero no en el sentido sexual, sino que (creo) que sintió en mí una imagen paternal o de hermano mayor… ¡Vaya a saber qué sintió! Lo cierto es que me ...
    ... dejó ayudarlo a desvestirse. Santiago levantó sus brazos llenitos y hermosos, yo levanté su camiseta de los costados y se la quité. Quedando a la vista ese cuerpo blanquito “masticable”, es que debajo de la camiseta escondía un cuerpito blanco perfecto, como los que comenté que me gustan desde siempre. Él bajó lentamente sus brazos a los costados de su cuerpo, yo me puse de rodillas frente a él. Coloqué mis manos en los costados de su bermuda, pude sentir las curvas de su caderas, el calor de su cuerpo, lo miré a la cara. Él no me miraba, a él le llamaba más la atención el baño, no paraba de mirar a ver qué cosa interesante tenía yo en la regadera. Así que seguí con mi plan, comencé a bajarle la bermuda… ¡Ho, sorpresa! No tenía ropa interior. Eso lo puede percibir desde el primer jalón que hice hacia abajo, lentamente bajaba su bermuda centímetro a centímetro. Iba liberando la zona de su pubis, confirmando lo que yo sospechaba… Santiago era lampiño. Cada centímetro que bajaba de su bermuda, era un aumento de latidos, sentía cómo la taquicardia quería boicotear mi estrategia generando que me desmaye. Pero no se lo iba a permitir, tomé aire y me controlé. Santi sintió mi suspiro, ahora él me estaba mirando a la cara con cara de póker. Miré sus ojos y no pude descifrar su pensamiento. No me importó, seguí con el plan. Aunque un poco más rápido porque ya había llamado la atención de Santi. Con cuidado, pero rápidamente, bajé completamente la bermuda de Santi, su pene quedó a la ...
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