1. El nalgoncito de 11 años


    Fecha: 22/02/2018, Categorías: Gays Autor: natzareno, Fuente: SexoSinTabues

    ... altura de mi cara. Era hermoso, medía como unos 5cm, estaba dormido sobre dos hermosos testículos pequeños y rosados que colgaban de su pubis lampiño, me quedé mirándolo unos segundos, no muchos, pero lo suficiente para que Santiago haga un chiste por el momento de silencio que se percibió en el momento: “¿Qué, te gusta?”. Me dijo sonriente. Les puedo asegurar que me moría por decirle “SIIIII, Y QUIERO CHUPARTELO”. Pero en el momento sentí que lo iba a asustar si le contestaba eso. Es que Santi se veía un chico inteligente, pero con inocencia. Pero ese chiste se podía interpretar como que Santi ya había estado desnudo con otras personas, porque es la clase de chistes que se hacen en el vestuario de en un club cuando alguien le mira el pajarito a un compañero. Aproveché el momento del chiste para ponerme de pie, sonreí con una carcajada forzada y aproveché para darle una palmada en una de sus nalgas acompañando la frase “ya, métete a la regadera”. Él caminó los pocos pasos que había hasta la regadera, además de “mirar su ir”, mis ojos se enfocaron en esas preciosas nalgas pálidas. Unas nalgas sublimes, curvas perfectas, paraditas, una raja que pedía a gritos que la penetre. Aproveché que no me veía para lamer (como un idiota enamorado) la mano con la que había nalgueado uno de sus glúteos. Santi se metió a la regadera “¿Cuál es la caliente?”. Me preguntó en relación a las perillas del grifo. “La izquierda”. Le dije mirando a unos pasos de él el panorama que siempre soñé, un ...
    ... niño hermoso bañándose en mi regadera, y yo al lado suyo…”. Pero faltaba que me meta yo también, le dije en broma “¿Te molesta si me baño yo también?”. Me miró con cara de “estás bromeando”, yo le devolví una mirada de “¿Y?”, apurándolo a que me conteste. “Es tu casa”, me dijo mientras levantaba con una mano el shampoo y con la otra se desparramaba un poco por el cabello. La imagen era preciosa, imaginen la situación. Tengo un baño con azulejos blancos, una regadera amplia, sin nada que obstruya a la vista. Todo bien iluminado, eran cerca de las 15:35 del día. Vivo solo, y a él no lo esperaban en su casa hasta después de las 19hs. O sea, no había apuro, y la situación era más que excitante, es más, en mi caso la catalogo de romántica. Rápidamente me quité toda la ropa, me metí a la regadera con él. Mi pene estaba totalmente duro, pero yo hacía como si no me hubiera dado cuenta. Me puse shampoo en el cabello, y veía cómo aquel niño de 11 años me miraba disimuladamente el pene. “Oye, pásame el jabón”. Le dije, con un todo de voz bajo. “Toma”, dijo dándome con su mano el jabón. “Me refiero a que me lo pases por la espalda”, le dije sonriendo. “Es que me pica un poco, hizo mucho calor”, seguí comentando. “Okey…”. Dijo, y me di la vuelta para que me enjabone. Al intentar pasarme el jabón por la altura de los hombros, noté que se puso de “puntitas de pie” para alcanzar la zona; situación que llevó a que en un momento todo su cuerpo impactó levemente conmigo. Sentí claramente su ...
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