UNA NUEVA AURORA.La primera sumisión. - Relatos Eróticos

UNA NUEVA AURORA.La primera sumisión.

TERCERA PARTE Siguió con el programa que había dispuesto para ella su maestro y se puso las bragas, también por capricho de su señor estas eran una talla más pequeña, por lo que la quedaban muy ajustadas haciendo resaltar como un gran bulto su sexo, se podía distinguir perfectamente una línea que lo recorría de arriba a abajo dividiéndolo en dos mitades, eran los dos grandes labios de su vagina, así cogió el trozo de cuerda que quedaba, el más largo. Unió sus extremos, rodeó su cintura con ella y metió el extremo resultante de dos puntas entre las dos cuerdas del otro extremo, tirando del primero a modo de cinturón lo ajustó primero a su cintura, para luego tirar de él un poco más apretándole hasta dejarlo a su gusto. La braga, aunque una talla más pequeña, era lo bastante alta de cintura para que la cuerda quedase por encima. Tirando de la cuerda, con ella ceñida a su cintura, se quedó pensativa, - no sé si me estoy meando, ¿o son los nervios? -. Optó por intentar hacer pis, aunque no había pasado ni media hora desde que lo había hecho, antes de seguir con las instrucciones, luego no tendría más remedio que aguantarse. Se bajó las bragas y se sentó en la taza, con la cuerda alrededor de su cintura y jugueteando con sus manos con el extremo. Mientras se relajaba y esperaba haber si podía mear se puso a pensar: - ¿cómo debería actuar si una vez puesto el cinturón, y al cabo de un rato, se volvía a hacer pis y no pudiera aguantarse?. Este protocolo no estaba hablando, ¿podría ...

... quitarse el cinturón ?, ¿ o por el contrario tendría que mear con la braga y el cinturón puestos ?. Tendría que consultar esto con su Señor, pero seguro que ambas opciones serían posible teniendo en cuenta lo que conocía de su Señor, su morbosa imaginación y sus muchos fetiches. ¿Cómo sería mear con las bragas y el cinturón puestos ? -. En esto estaba cuando un fino chorro de pis, caliente y claro, más fruto de la relajación que de la necesidad comenzó a caer sin hacer apenas ruido. La fue imposible no pensar en ello pues estaba segura que tarde o temprano su Señor optaría por jugar con esto. -¿Qué caprichos se le ocurrirían que hiciera con su pis?, su preciado, precioso, caliente y dorado néctar, mmmmm, seguro que su imaginación la sorprendería. - Ella por su cuenta había probado muchas cosas, perversiones, fetiches...casi todo lo que había visto en los muchísimos vídeos que había visionado y cubrían casi todos los tipos de prácticas sexuales que hoy se podían ver en estos sitios. La faltaban aquellos que necesitaba a otras personas, hombres o mujeres para realizarlas, ese era un gran escollo. Ahora quería eso, y además ser el objeto, el juguete de su Señor, su esclava sexual y que la mostrara al mundo con esas perversiones, tal y como era en realidad y no como la mojigata que tenía que aparentar ser. Terminó de hacer pis, se subió las bragas y volvió a ajustar la cuerda por encima de ellas a su cintura. Así pasó la cuerda entre sus piernas y el extremo entre su espalda y la ...