UNA NUEVA AURORA.La primera sumisión.
Fecha: 24/02/2018,
Categorías:
Dominación / BDSM
Hardcore,
Fetichismo
Autor: ibero, Fuente: xHamster
... sobándose. Con un pecho en cada mano los comenzó a apretar con fuerza, palpando la dureza que habían adquirido como resultado de quedar comprimido su interior por efecto de la cuerda, y por eso mismo su piel tensa, como la de un tambor, y sus pezones abultados, mitad por la presión mitad por la excitación. Los subió hacia arriba todo lo que pudo, donde los pezones quedaron al alcance de su boca. Enseguida comenzó a jugar con uno de ellos, se lo metió en la boca y lo succiono todo lo que sus pulmones la permitieron, mientras su lengua no paraba dentro de su boca de golpear, lamer y rodearlo una y otra vez con la punta, iba pasando de uno a otro. Ahora sus dientes se clavaron en ellos, les mordía desde su mismo comienzo. Según los tenía succionados cerraba su boca mordiendo toda la aureola hasta el límite de poder aguantar el dolor, soltaba un poco y volvía a morder, y así iba poco a poco hasta recorrer todo el pezón, primero en uno y luego en el otro. -¡Deliciosos!-, tenían un sabor salobre inconfundible que ya había probado otras veces, el de su flujo, - lástima que esté mezclado con la crema -. Con los pechos todavía entre sus manos, sin cansarse de apretarlos para notar esa piel tersa y esa dureza adquirida, bajó su mirada para ver el reciente “cinturón de castidad”, como ella lo llamaba en una analogía con los antiguos cinturones medievales, reflejado en el espejo. La gustó ver la forma que tenía su sexo por la presión de la cuerda, abultando sus grandes labios la cuerda ...
... que pasaba por el exterior, por sus ingles, mientras que la otra, la que hizo pasar entre ellos, desaparecía entre esos mismos labios que parecía tenerlos hinchados bajo las bragas. Las bragas, blancas y de algodón, ya daban muestras de la excitación que padecía, habían adquirido diferentes tonalidad, más clara en el exterior y que se iba oscureciendo a medida que se acercaba allí donde la cuerda se hundía en mitad de su sexo, todo provocado por el continuo flujo que empezó a derrochar en cuanto notó la cuerda hundirse entre sus grandes labios y como quedó presionando con fuerza su clítoris, ahí fue donde comenzó ese verdadero manar de flujo. Con una mano continuó acariciando sus pechos saltando de un pezón al otro, los iba pellizcando, les cogía entre sus dedos pulgar e índice y los presionaba con fuerza, luego movía su dedo pulgar de tal manera que hacía que su pezón recorriera parte de su dedo índice, los retorcía para un lado y luego hacia el otro, mientras lo hacía tiraba de ellos con fuerza, como si quisiera estirarlos para que quedaran más grandes, más largos. La otra mano, la derecha, la fue bajando muy despacio acariciando su abdomen mientras no paraba de jugar con sus pechos, hasta llegar a su cintura donde se topó con la cuerda que la rodeaba. La fue siguiendo con las yemas de sus dedos, primero hacia un lado y después hacia el otro y terminó acariciando el nudo que la mantenía sujeta a su cintura. Comenzó a bajar la mano rozando la cuerda con la yema de sus dedos ...