1. Mi suegro me hizo su esclava (V)


    Fecha: 24/02/2018, Categorías: Sexo en Grupo Autor: noeliamarrana, Fuente: CuentoRelatos

    ... había soltado y había dejado de lengüetearme.
    
    “¿Ves puta, ves lo que puedes gozar conmigo?; si me prometes no volverme a traicionar, yo te prometo darte momentos como éste, ¿qué dices?”.
    
    Me extrañó que en esta ocasión mi suegro no utilizara la violencia para convencerme, sino el placer. Tragando saliva a duras penas, pues mi garganta había quedado totalmente seca contesté en un suspiro: “si”.
    
    “Muy bien; es mi turno, siéntate en mi verga”, me ordenó Don José y yo obedecí; me levanté del piso, abrí las piernas y me clavé en su gordo pene; como estaba bien lubricada, no tuve ningún problema; él me tomó de la cadera y marcó el ritmo que quería; yo me moví subiendo y bajando, apretando la vagina para que mi suegro sintiera más placer.
    
    Duramos así un buen rato, hasta que mi suegro me dijo: “voltéate y clávate de culo”; de nuevo obedecí, pues aún sentía agradecimiento por el tremendo orgasmo que me hizo sentir unos minutos antes; me volteé y su gorda verga me clavó por el culo; sentí un poco de dolor al principio, pero una vez que su verga entró por completo, mi ano se relajó y de nuevo comenzamos con el sube y baja y de repente yo movía la cadera en círculos, para que él experimentara más placer; y así fue; cada vez que yo movía las caderas en círculos, él me decía: “¡aaaahhh putaaa, eso me gustaaa, asíiii, muévelo putaaa!” y eso me gustaba, pero había otras expresiones que no me agradaban ...
    ... mucho, como cuando decía: “¡aaahhh, siiii, te mueves más rico que la pinche valeriaaa y estás más apretadaaa, aaahhh que ricooo!”
    
    Ya lo tenía bien confirmado: el cochino viejo se cogía a su hija; mis dudas ahora eran: ¿sería con consentimiento de ella o la forzaría?; ¿Doña Martha estaría enterada?, ¿Y José, mi novio?, ¿Acaso había llegado a una familia de depravados? , ¿O solo mi suegro sería el desgraciado?
    
    Mis pensamientos seguían mientras mi suegro gozaba de mi culo a su antojo. Fueron cerca de seis o siete minutos que el viejo me estuvo cogiendo de esa manera hasta que me apretó las nalgas con fuerza y se vino echando grandes chorros de semen dentro de mis entrañas y gritando: “¡aaaahhh, yaaaa, por fiiin, me vengooo!”
    
    Sentí como el pene de mi suegro perdía dureza y quedaba flácido fuera de mi culo. Él me soltó y me levanté; lo vi ahí, con su miembro de fuera, viéndome con una sonrisa burlona. “Es lo que te gusta, ¿verdad?” No dije nada, pues me di cuenta de que me había dejado llevar y rápidamente me fui a i recámara. Mientras caminaba mi suegro me gritó: “¡Cámbiate rápido y arréglate porque ya vamos a salir!”
    
    Entré a mi recámara de nuevo confundida; por un lado, satisfecha por el gran orgasmo y el sexo que acababa de tener con mi suegro, pero por el otro, sabiendo que no era correcto y que en cualquier momento él regresaría a sus humillaciones y juegos depravados y eso no quería permitirlo. 
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