1. No hay como una mujer-hombre para darle a una placer


    Fecha: 25/02/2018, Categorías: Sexo Oral Autor: Mara, Fuente: CuentoRelatos

    ... decir la verdad, ella dijo que no le importaba que para ella yo era una linda chica, ella pasó un día por mi a una tienda donde estaba trabajando y de la cual salía a las 7 de la noche, iba manejando una carcacha y me trepé muy coqueta con mi nueva amiga, nos fuimos a un cuarto que rentaba en la periferia, lugar muy modesto, solo había una estufa de gas, una cama matrimonial, un viejo sofá, un viejo armario con espejo y un par de sillas, en cajas de madera para fruta guardaba sus trastos de cocinar y en otros revistas y chucherías. Llevaba yo puesto un vestidito zampón y unas sandalias, unas bonitas pantaletitas de encaje blancas y de accesorios solo llevaba un par de aretes de perlita de imitación y dos pulseras de plata combinadas con una cadenita del mismo material. Nos sentamos riendo en su cama y encendió una vieja radio de am que estaba encima de la cama, recuerdo claramente que estaba sonando una canción de Santana melodiosa y rítmica que se llama Flor de Luna, me abrazó y me invitó a bailar, pronto comenzó a ¡Besarme en la boca! Me metía mano rico, me dejé hacer total para bajarle a una la calentura cualquiera es bueno o buena.
    
    Me tiré en la cama y me puse boca abajo para que se diera gusto con mis nalgotas, ella alzó aún más el minivestido y comenzó a besarme las nalgas con delicia, suavemente, con pequeños besitos por aquí y por allá, así delicadamente enrolló hacia abajo mis pantaletitas dejando al descubierto mi culito, lo besó intentando introducir en él la ...
    ... lengua, yo sentía rico y solo me dejé hacer mientras me bajé los tirantitos del vestido para sacar mis senos del brasier, me incorporé un poco y me gire lo necesario para que viera mis tetas y las pudiera tocar a su gusto, se arrojó de lleno a ellas y me las mamó como nunca hombre alguno me las había mamado, me sentía feliz por descubrir en mi amiga Teresa a una mujer que actuaba como un varón pero con mucha ternura y delicadeza desacostumbrada para mí que estaba más que acostumbrada a la rudeza de los machos que hasta me llegaron a golpear las nalgas, piernas y mordisquearme con rudeza mis tetas. No ella era sutil, tierna y experta, me estaba derritiendo entre sus manos. Debo aclarar que ella vestía un pantalón de esos como de policía con muchas bolsas y una playera verde como de militar con un solo dije en el cuello y unos aretes pequeñitos, de pelo bastante corto y ojos tiernos aunque de expresión facial bastante dura, con deleite le ayudé a desabotonarse el pantalón mientras me senté a la orilla de la cama pronto aparecieron dos gruesos muslos morenos pero bien formados, sin quitarse del todo dicho pantalón se sentó encima de mí dominándome por completo, me veía delgadita y frágil aplastada por ese mujerón de 1.70 de estatura (yo mido 1.66) que tenía las piernas separadas enseñándome un calzoncillo de varón.
    
    De pronto se levantó y se quitó por completo ambas prendas pero como yo estaba acostada de espaldas al colchón no vi mucho que digamos, medio rodeó la cama y ¡Vi un ...