La chica de lentes
Fecha: 25/02/2018,
Categorías:
Gays
Autor: , Fuente: CuentoRelatos
Este relato que les comparto es sobre mi aventura amorosa con una chica que conocí y nunca me imaginé que sería tan intensa. Soy un hombre casado, tengo 34 años y vivo en Querétaro, complexión delgada, ojos café obscuros, pequeños, uso lentes, cabello corto, tez trigueña. Leo esporádicamente relatos eróticos en este sitio web, había fantaseado con aventuras con otras mujeres pero solo eso, fantasías.
Cuando conocí a la Chica de Lentes realmente me gusto todo de ella, su rostro, sus ojos, su sonrisa, su figura, 27 años, casada y con hijos. Todo comenzó con una sonrisa, lleve a mis hijas a su clase de ballet y mientras las esperaba note que la Chica de Lentes me miraba, ella también esperaba que saliera su hija de la misma clase de ballet a la que asisten mis hijas, después de un rato busque su mirada y me sonrió, así empezó todo. Para mi sorpresa la chica de lentes fue a sentarse a mi lado para seguir leyendo el libro que llevaba en sus manos, volvimos a mirarnos y nos sonreímos mutuamente, después de pensarlo varias veces, ya que soy un poco tímido, me arriesgue a saludar a la Chica de Lentes:
-Hola, ¿Qué lees?
Me contesto amablemente y así comenzó nuestra relación, intercambiamos números telefónicos, nos masajeábamos al celular, nos saludábamos cuando coincidíamos en las clases de ballet de nuestras hijas y todo lo conduje como una amistad normal hasta que después de varias semanas comenzamos a platicar sobre nuestras motivaciones al hablarnos y coincidimos en que ...
... nos gustábamos. Honestamente mis pensamientos sobre ella siempre los orientaba hacia una amistad pero como me gusta mucho no podía evitar el fantasear sexualmente con ella y hablar sobre cómo nos gustábamos... pppffff, la deseaba intensamente pero como siempre la había tratado como amiga no sabía si traspasar esa línea de amistad y convertir la relación en una aventura. También había notado que la Chica de Lentes, aunque me había confesado que le gustaba, su comportamiento era reservado con respecto al tema de una aventura.
Nuestras pláticas sobre cuánto nos gustábamos empezaron a crecer y se empezaron a tornar en pláticas de enamorados y con tintes eróticos hasta que nos atrevimos a salir, nos vimos en un parque y platicamos normal, parecíamos un par de adolescentes, nos mirábamos y nos poníamos rojos, rosábamos nuestras manos con pena, era algo que la Chica de Lentes y yo disfrutábamos.
Las caricias y la cercanía se hacían más evidentes y atrevidas en cada cita hasta el día que nos besamos, eran besos suaves y tiernos en los que disfrutábamos cada detalle en nuestros labios y la intensidad de los besos crecía hasta tornarse en besos apasionados en los que disfrutábamos lamer, chupar y morder nuestros labios y lenguas, rosar nuestros cuerpos disfrutando de sus senos sobre mi pecho, mis manos acariciando su espalda hasta llegar a sus pompas y masajearlas atrevidamente, ella acercaba su cadera sobre mi pelvis y sentía como ella disfrutaba sentir mi erección; eran citas ...