1. Alimentando mi voyerismo


    Fecha: 26/02/2018, Categorías: Confesiones Autor: angelesgrises, Fuente: CuentoRelatos

    Transcurría octubre de 1995, en ese tiempo, por cuestiones laborales tuve que trasladarme a otra provincia vecina, a un pueblo que es cuna de mi madre y toda su familia. Lugar que no visitaba desde hacía dos o tres años, visita ocasionada por los festejos del casamiento de mi prima.
    
    Para hacerme cargo del mencionado trabajo viajaba todos los domingos a la noche, pernoctaba en la casa de mi madrina, en una ciudad vecina (hasta donde podía llegar en ese horario en ómnibus) y en horas tempranas del día siguiente (lunes) me trasladaba como podía (a dedo, con algún/a compañero de trabajo, o como se dieran las circunstancias) al mencionado lugar.
    
    Los viernes regresaba a mi ciudad.
    
    Todo esto se repitió durante aproximadamente tres años.
    
    Mis padrinos viven en una coqueta casa, fruto de toda una vida de sacrificios. Y cuentan en ella con un comedor, una pieza donde lleva a cabo quehaceres como costuras, bordados, planchado, etc.; también un amplio living, un gran patio y dos piezas, la de ellos y la de huéspedes, lugar que me cobijaba en todas la oportunidades que mencioné. Bueno, en casi todas.
    
    Sucedió un día que llegué pasada las 00:40 hs. Debido a un problema del ómnibus en el que viajé y mi querida madrina me esperaba ansiosa y preocupada. Cuando golpeé la ventana de su pieza, me atendió algo exaltada y me abrazó con un rostro de angustia.
    
    Una vez al tanto de las peripecias, nos preparamos para ir a dormir. En ese momento recordó que la pieza que siempre ...
    ... utilizaba estaba ocupada por mi prima (ya mencionada por su casamiento) y su esposo. Y debido a que estaban “muy cansados” se fueron a dormir sin esperarme para saludarme.
    
    Como último observación me comentó que pidieron que los despierte antes de irme trabajar.
    
    En fin, me acomodé en un sofá-cama que había en el living, me puse a leer un buen rato (siempre me costó mucho conciliar el sueño) y pasados aproximadamente 30 o 40 minutos, apagué la luz para descansar.
    
    En ese momento caí en la cuenta que la tía no me dejó el despertador que siempre me prestaba, que estaba en la mesita de luz de la pieza de mis primos.
    
    Me levanté nuevamente y sin hacer ruido alguno abrí la puerta que me separaba del comedor y me dirigí hacia la mencionada pieza con la intención de sacar el despertador.
    
    La puerta se abría fácilmente y sin siquiera pensarlo la empujé con mucho cuidado para no despertar a quienes dormían. Cuando la puerta comenzó a abrirse cerca de 1 o 2 cm., noté que la luz estaba prendida y me quedé quieto de la sorpresa. En forma instintiva miré hacia adentro y al instante noté que a mis queridos primitos no les apuraba el cansancio, sino otras intenciones y seguramente al creer que todos dormíamos, dieron rienda suelta a su fiestita.
    
    Una vez que me repuse de la sorpresa, que tomé aire y me acomodé en la oscuridad total, me dispuse a disfrutar de “pornografía gratis”, como dice una amiga.
    
    Me acerqué cuidadosamente y vi que ella se encargaba de darle una mamada descomunal ...
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