1. Alimentando mi voyerismo


    Fecha: 26/02/2018, Categorías: Confesiones Autor: angelesgrises, Fuente: CuentoRelatos

    ... a su querido macho. Evidentemente es una maestra en el arte de la felación.
    
    Pasaba su lengua pensando cada movimiento, por todo el tronco del miembro viril, de manera suave momentáneamente; luego lo apretaba con su mano derecha, a la vez que con la otra le masajeaba los huevos y le chupaba intensamente el glande. Luego, mientras pasaba su lengua por el prepucio, lo pajeaba velozmente hasta casi hacerlo acabar.
    
    Y así, una y otra vez repetía las distintas variaciones volviéndolo loco de placer, haciéndole decir obscenidades como “ahora me voy a desquitar puta de mierda”, mientras ella sonreía con el pedazo de carne en su boca.
    
    Mi lugar era como una platea privilegiada, ya que la cama de una plaza y media se ubicaba trazando una diagonal con el eje imaginario de la pieza. Por lo que podía apreciar el sector de los pies de la misma. Todo lo relatado hasta el momento sucedió con él acostado y ella, de rodillas, al borde de la cama mirando hacia mi posición.
    
    Luego de unos diez o quince minutos de sexo oral de película, el amante, a punto de reventar, se paró dando su espalda hacia mi posición, rodeó la cama y con un fuerte apretón levantó del brazo a mi prima, quien con una sonrisa burlona le decía:”¿Viste que no te aguantás?” El, sin decir palabra alguna la tiró de espalda a la cama. Era la primera vez que veía desnuda a mi prima. Si bien se podían adivinar sus encantos, superaba las expectativas.
    
    Una cola firme y bien redondeadita, una cinturita que la exaltaba aun ...
    ... más, unas tetas bien dibujadas y unas piernas acordes.
    
    En ese momento le levantó las piernas y desde mi posición se podía apreciar una conchita encantadora, bien atendida que denotaba un tiempo considerable de dedicación, con un bello púbico prolijo, cortadito, que contrastaba con la blancura de su piel blanca. Unos labios totalmente despejados, que por el reflejo de la luz de la pieza brillaban por los jugos que chorreaban de esa vagina hambrienta de verga.
    
    Sin palabras su esposo la penetró de un empujón, haciendo que esa pija colorada, al máximo de su tamaño, se pierda en el interior de la amante.
    
    El movimiento se volvió enloquecedor, los gemidos, disimulados por el ruido de los ventiladores, dominaban la situación.
    
    De repente, la pija se dejó ver, salió totalmente de su lugar mientras los rostros cambiaron repentinamente, el de mi prima se transformó en un insulto: -¡cojéeme hijo de puta, no te hagás el boludo!. Él, ahora dominante de la situación decía -ahora me toca a mí, mientras sonreía sarcásticamente y daba una estocada a su hembra y paraba y luego otra, y luego otra.
    
    Luego de unas diez o quince veces, se arrodilló frente a ella y le empezó a masajear el agujerito, detrás de la concha. Ella se desfiguraba de placer.
    
    Nuevamente acomodó las piernas de la mujer en sus hombros y mientras le pasaba su mano por detrás de las piernas y le metía primero uno y luego dos dedos en la cola, mientras le preguntaba -¿qué querés ahora putita? y ella le respondía, ...